La falta de mantenimiento en la plaza de toros de Gijón enfrenta a la alcaldesa con los partidos de la oposición

«El objetivo es arreglar la plaza de toros y no quedarnos en una cuestión puntual de si hemos quitado hierbas o no». La alcaldesa de Gijón, Ana González, respondía así a las imágenes reveladas por EL COMERCIO sobre el deplorable estado actual de la plaza de toros. Cerrada desde el verano de 2021, la ausencia de mantenimiento ha propiciado que la vegetación haya ido creciendo en la mayor parte de los tendidos y hasta en el albero, como se aprecia en las imágenes captadas por este periódico. La alcaldesa defiende que «en lo que estamos» es en «arreglarla bien». Para ello, «estamos definiendo un proyecto» que se quiere presentar a una convocatoria específica de fondos europeos que acaba «en enero o febrero» del próximo año. Antes, aguardan por el informe técnico encargado por la concejalía de Obras Públicas que deberá determinar el alcance de los daños y qué medidas son las más adecuadas para subsanarlos.

Los taurinos recelan de sus palabras. Consideran que el estado actual de la plaza es «lamentable» y temen, literalmente, que «con el desastre que están haciendo, vaya a caer abajo». Lo sostiene José Antonio Miyar, coordinador en Asturias de la Fundación Toro de Lidia. La entidad considera que el Ayuntamiento está incumpliendo la ley de transparencia por denegarles la documentación sobre el estado de la plaza de toros que han solicitado por escrito hasta en tres ocasiones desde el pasado marzo y también la normativa vigente en cuanto a protección de un Bien de Interés Cultural (BIC) del Principado de Asturias como es el coso gijonés (desde 1982). La plaza «no se está cuidando», lamenta.

Es lo que critica también la presidenta la Peña Taurina de Miguel Ángel Pereda y de la Federación de Peñas Taurinas, Maritina Medio: «Es una falta de responsabilidad cómo está», afirma. «Si el coso precisa mantenimiento, es obligación del Consistorio mantenerlo en las debidas condiciones de uso», coincide con ella Ana Rodríguez, presidenta de la Peña Taurina Rivera Ordóñez. Pero, tal y como lo ve Dionisio Montero, presidente de la Peña Taurina Astur, el abandono actual no muestra más que el «rechazo total» de la actual Corporación a los toros. Insiste él en que el informe en el que se sustentó el cierre de la plaza fue elaborado 'ad hoc' y que la plaza no está en mal estado: «Puede tener algún deterioro en alguna parte, pero no es motivo para cerrarla a cal y canto».

La urgente actuación en El Bibio para frenar su deterioro fue demandada también ayer por todos los grupos de la oposición. «Su situación no solo es vergonzosa, sino que además podría ser constitutiva de delito», tal y como lo ve Ciudadanos al entender que el Ayuntamiento «no cumple con sus obligaciones legales de mantener este edificio en un adecuado estado de conservación». El edil Rubén Pérez Carcedo avanzó que su grupo está estudiando las fórmulas para que la Consejería de Cultura obligue a actuar al Ayuntamiento y así «evitar daños mayores».

«Cae de cajón pedir el mantenimiento necesario para que el edificio no se deteriore», plantea Podemos Xixón. Para esta formación, «la prioridad es que se lleven a cabo las reformas necesarias para que la plaza pueda ser utilizada como escenario de cultura, de ocio alternativo, libre de torturas y abierto durante todo el año», afirmó Laura Tuero.

De «ruina y abandono» calificó la concejala del PP Ángela Pumariega el estado de la plaza de toros. «Es lamentable que por cuestiones ideológicas siga cerrada». «No les importa que resulte perjudicado el patrimonio de todos los gijoneses con tal de salirse con la suya y prohibir, de facto, que se celebren corridas de toros», expresó por su parte el edil de Vox Eladio de la Concha, quien recordó que «el Ayuntamiento está obligado a preservar la plaza en buenas condiciones» consiga o no los fondos europeos a los que aspira para llevar a cabo su reforma.

Para el edil no ascrito Alberto López Asenjo «no es admisible que el equipo de gobierno haga esta dejación de funciones en el mantenimiento de sus instalaciones» y que lo haga, según su parecer, «por mero adoctrinamiento». La consecuencia, apunta, es que los daños y los riesgos «se irán incrementando».

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