Asturias corona a su mejor escanciador

Muchísima emoción, un espectáculo de primera y una final de auténtico vértigo singularizaron ayer en la plaza Mayor la prueba del Campeonato Regional de Escanciadores enmarcado en la Fiesta de la Sidra Natural. El ganador de la pasada edición y de otras cuatro, Salvador Ondó (Tierra Astur) se alzó de nuevo con el triunfo por un escasísimo margen respecto a sus más cercanos rivales: Reynaldo Belén (El Portal, de Villaviciosa) y Wilkin Aquiles (La Montera Picona, en Gijón), segundo y tercero, respectivamente. La competición sirvió también para poner de manifiesto la fuerza con la que viene pisando una nueva generación de escanciadores, de la que es un vivo ejemplo la gijonesa Isabela Padrón (Las Bodegas de Anchón) que consiguió un sobresaliente doblete proclamándose vencedora en las categorías de Mejor Escanciador Local y en la Sub-25. El galardón a la mejor sidrería se lo llevó La Montera Picona.

Numeroso público siguió la prueba a lo largo de su extenso desarrollo, desde las 17 horas del inicio hasta prácticamente las 21 en que salió el último de los 54 participantes inscritos y ello a pesar de que la lluvia se sumó también como un espectador más. Afortunadamente no hizo aparición el viento, protagonista negativo en la edición del pasado verano y los escanciadores pudieron mostrar todo su buen hacer, que aumenta en calidad cada año, como pudo comprobarse en la tarde de ayer. Un repaso a las puntuaciones obtenidas por los quince o veinte primeros clasificados así lo corroboraba, con unos márgenes de diferencia que se iban estrechando a medida que se subía en los escalafones de la valoración del jurado. Y especialmente notorias entre las nuevas hornadas de echadores, no en vano entre los doce primeros clasificados en la categoría absoluta, tras el podium con los ganadores citados y la cabecera de veteranos en la que Rubén Campa fue cuarto, Jorge Vargas quinto. Rubén Campa sexto y Marcos Ramos séptimo, los siguientes puestos los ocuparon jóvenes como Amauris La Pauta, Melissa Bellón, Karen García o Alexander Gabriel.

En esta presencia cada vez más notable de una promoción de nuevos profesionales tiene mucho que ver, tal como se señaló por parte de la organización durante el concurso, la implicación de algunas empresas hosteleras en la formación de escanciadores bajo la tutela de maestros como Salvador Ondó en Tierra Astur o Wilkin Aquiles en La Montera Picona, los locales, por cierto que más participantes aportaron a la prueba de ayer. Y entre esos nombres emergentes, sin duda, la doble ganadora Isabela Padrón. Dejó entre el público una gran impresión por su estilo impecable y la limpieza con la que ejecuta cada tirada de sidra, unido a su precisión como mostró sacando cuatro culetes con la medida exacta de 100 cl. Una buena actuación tuvieron también pese a no ascender en la tabla otras jóvenes echadoras como Yaíza Fernández (Tierra Astur), con 89,80 puntos y dos culinos de 100 o Carla Castrillón con 89,80. No estuvo entre los primeros, pero tuvo una digna participación, Alejandra Venegas (La Montera Picona), ganadora del último concurso 'Gijón de sidras'.

Las primeras puntuaciones serias comenzaron a marcarlas Amauris La Pauta (Tierra Astur), líder actual de la liga Sub-25 con 95,30 puntos, una marca que pronto superó Rubén Campa (La Bolera), con 95,50. El listón verdadero a superar lo puso Reynaldo Belén con sus 96,90 puntos, una cumbre que solo pudo superar Ondó con sus 97 e igualar el último participante en salir, por sorteo, Aquiles, con la misma puntuación, pero con menor valoración en el estilo. Otro campeón, Antonio Sorca se acercó a esos cielos con sus 96,20, los mismos tantos que otro de los grandes, Jorge Vargas. La cercanía entre todos estos astros del escanciado hizo que hasta el final con la salida de Wilkin nada estuviese decidido. De lo que no cupo ninguna duda fue de la excelencia que todos estos campeones son capaces de mostrar en cualquier circunstancia, en sus días buenos o no tanto y así lo entendió el público en los aplausos con los que reconoció su talento. Los propios escanciadores elogiaron de forma unánime haber podido contar con un buen aliado para sus actuaciones, el de la propia sidra, Val de Boides (DOP) en esta edición y en el esfuerzo de personal de Divertia por mantenerla en su justo punto. Lo demás, como sentenció el megacampeón Ondó al final de la prueba: «El concurso de hoy es una muestra más de que esto no es solo un trabajo, es arte».

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