Firmas para un derribo
Los vecinos de La Arena buscaron el apoyo popular para exigir la demolición del martillo de la calle Aguado, en estado de ruina
Miércoles, 18 de enero 2023, 00:46
Una de las construcciones más antiguas que seguía en pie en la calle Aguado era ya, tristemente, «un foco de infección perjudicial para el barrio». ... De tal forma lo manifestaban los representantes de la asociación de vecinos de La Arena, por medio de su portavoz, el vicepresidente Faustino Uría. Se trataba del llamado 'martillo' sito en los números 12 y 14. Eran, a decir de Uría, «dos edificios que se encuentran en un pésimo estado, con el consiguiente peligro para los vecinos, ya que tanto las tejas como los cristales pueden caer en cualquier momento». No solo era el estado ruinoso de los bloques, sino también la presencia de ratas en el bloque del número 12, «completamente deshabitado (...) El número 14, en el que solo está ocupado uno de los cuatro pisos, se encuentra también en muy mal estado».
Una cuita habitual en una ciudad en expansión: ¿habría de conservarse el viejo martillo de la forma que fuere o tirarlo abajo para construir bloques más altos de pisos que fueran a la zaga de los ya levantados en las últimas décadas? Para los representantes vecinales, hace 25 años, no cabía la posibilidad de arreglo del edificio ya que, además de todo lo anteriormente dicho, estos consideraban que el martillo afeaba el entorno de la calle Aguado, en pleno corazón de La Arena, un barrio en auge. Igual que el marqués andaluz que dio nombre a la calle, y que murió en la ciudad de repente, cuando se disponía a invertir no pocos millones de francos en una industria sita en Asturias, no cabía mirar atrás. Por ello los vecinos, anunciábamos en 1998, habían iniciado una campaña de recogida de firmas con el objetivo de presionar a los propietarios del inmueble «para que permitan que se derribe el martillo y construir nuevos edificios». «Sabemos que el Ayuntamiento no va a expropiar nada», reconocía Uría, «pero pensamos que si presentamos muchas firmas nos ayudará a presionar a los propietarios». Cuando se publicó la noticia, tal día como hoy, la asociación llevaba recogidas ya 200 firmas que tardaron menos de dos semanas en duplicarse. El hacha del progreso no tardaría en actuar.
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