La 'fórmula Jovellanos' sustenta «la mejor ciudadanía»

«No siempre encontró comprensión o respaldo, no siempre consiguió ver materializados sus proyectos en su propio tiempo. Pero los gijoneses sabemos, podemos y debemos reconocerle sus méritos como el vecino que jamás dejó de pensar, de proyectar, de actuar con una fidelidad indestructible hacia los principios del bien común». Como ocurre cada 6 de agosto, la ciudad rindió ayer un cálido reconocimiento a Gaspar Melchor de Jovellanos, a quien según la alcaldesa, Ana González, «podemos considerar el primero de nuestros ciudadanos».

Ante la estatua levantada en su honor en 1891, se conmemoró el regreso a casa del ilustrado tras diez años en el exilio, siete de ellos encarcelado en el castillo de Bellver (Palma de Mallorca). «No es, o no debería ser, un reconocimiento meramente honorífico. Es el reconocimiento cercano, cálido y admirativo al mejor de nuestros vecinos». Porque, prosiguió la regidora, «durante la mayor parte de su vida Gijón fue el escenario, el suelo sentimental y afectivo, incluso el laboratorio donde Jovellanos pensó, leyó, escribió, ensayó y puso en práctica su constante desvelo por mejorar su mundo y aportar mejoras que viniesen tras él». Siempre sustentado en tres pilares: «Buenas leyes, buenas luces y buenos fondos».

Jovellanos escribió algo que «en este momento oscuro de la historia conviene recordar: 'Un gobierno ilustrado jamás emprenderá una guerra'». Su fórmula política y ética «sustenta la mejor ciudadanía en la ciudad donde se vive, pero también en la que se podría vivir mejor en el futuro. En el mundo en el que se vive, pero también en el que se desea para los que nos sucederán».

Acto seguido, Ignacio García-Arango recordó cómo, en cuanto el prócer retornó a su ciudad, «se puso a pensar y trabajar con racionalidad para levantar un Gijón destruido por la invasión de los franceses. Desde entonces lo ha hecho 211 veces: todas se preocupó por los problemas de Asturias». Hoy, aseveró, «haría lo mismo con los actuales, de etiología variopinta, fundamentándose en la acción rápida y reflexiva».

A continuación, tanto él como el director general de Política Lingüística, Antón García, y varios concejales de la corporación leyeron fragmentos de la obra del ilustrado. El acto continuó con la tradicional ofrenda floral en la que 31 entidades e instituciones -EL COMERCIO estuvo representado por su director de Marketing y Desarrollo de Negocios, Diego Oliveira- rindieron tributo al ilustre gijonés. El primero en hacerlo fue Álvaro Cienfuegos-Jovellanos, barón de Odas de Meylida y, a sus 13 años, descendiente más joven del prócer. «Me gusta mucho poder venir, venerar a mi antepasado y ver que tanta gente le está agradecida», confesaba. También participó, por la mañana, en la misa familiar.

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