Gijón estudia cambiar la tapa de sus contenedores de basura por el aluvión de quejas
Iniciará en El Polígono una prueba con los de restos orgánicos y residuos no reciclables, para evitar que la gente tenga que tocarlos para abrirlos
Desde que Emulsa empezó a instalar en 2017 sus nuevos contenedores, presentes ya en todo el casco urbano, la queja se repite sin parar. ... A diferencia del modelo anterior, falta un pedal que permita abrir la tapa sin necesidad de tocarla con la mano, un problema que se hizo más patente a raíz de la pandemia, cuando evitar los contactos con cualquier tipo superficie se convirtió en una norma más del día a día. A lo largo de estos tres años, son numerosos los escritos que los vecinos han hecho llegar al Ayuntamiento para pedir una solución. Y también son varias las ocasiones en las que en comisión municipal los concejales se han hecho eco de estas quejas. La última, este viernes, la edil del PP, Ángela Pumariega, quien se interesó de nuevo por el asunto en la comisión de Sugerencias y Reclamaciones.
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En su respuesta, el equipo de gobierno informó de que ya se ha empezado a estudiar la posibilidad de cambiar las tapas y de hecho existe ya un modelo que en breve se instalará a modo de prueba en el Polígono de Pumarín, que fue precisamente el primer barrio en el que se implantaron estos contenedores. La actuación se centrará en los contenedores para restos orgánicos (de tapa marrón) y los de residuos no reciclables (de tapa gris, que sustituyeron a los metálicos de color verde). La tapa actual se sustituirá por otra que cuenta con una boca con tamaño suficiente para introducir una bolsa de basura de tamaño estándar, protegida por una pestaña abatible que una vez arrojada la basura permite garantizar una cierta estanqueidad frente a los olores.
Fuentes municipales señalan que esta prueba se aprovechará además para comprobar si en el caso de los contenedores para restos orgánicos su menor uso con respecto a los contenedores de reciclaje está relacionado con la obligación de usar una tarjeta ciudadana para abrir la tapa. Con el nuevo modelo no será necesaria, por lo que Emulsa podrá hacer estudios comparativos y determinar de este modo si ese requisito disuade a la gente de utilizar el contenedor marrón, clave para incrementar los datos sobre recuperación de residuos de la ciudad.
La sustitución de este elemento obligará además a «modificar» los brazos de recogida de algunos camiones, para adaptar su sistema de carga al nuevo modelo. En las instalaciones de Emulsa también se han probando nuevas tapas con aberturas adaptadas a cada tipo de residuo, para los contenedores de envases (amarillo), vidrio (verde) y papel (azul). El objetivo es en todos los casos evitar que el usuario tenga que entrar en contacto con ellas. Al tratarse aún de una prueba, el Ayuntamiento elude hacer estimaciones sobre el coste que tendría una sustitución generalizada de estos elementos.
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Emulsa también iniciará en breve la instalación de una variable del nuevo modelo de contenedor que incorpora una boca adicional a 90 centímetros de altura, para su uso por parte de personas en silla de ruedas o con problemas de movilidad. Se ubicarán cerca de las plazas de aparcamiento reservadas a estos usuarios, aunque a través de Cocemfe se intentará atender otras peticiones de emplazamiento.
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