Gijón

Lissan Coal deberá proteger con pantallas de seis metros sus carbones del muelle Olano

La empresa defendió que esa actividad estaba incluida en su solicitud inicial, por lo que solicitó modificar la APCA para incluir la descripción de esos almacenamientos de carbones de Olano. Y aunque la autorización fue renovada, en la misma resolución se indicó que no se podía amparar bajo ella la actividad desarrollada en ese muelle «dado que se trata de una ubicación distinta situada al otro lado de la Campa de Torres, se encuentra junto a las primeras líneas del muelle de atraque y no se corresponde exactamente con la actividad de la autorización». La solución que se dio fue tramitar de forma independiente la correspondiente autorización ambiental para esa instalación, que es la que ahora ha recibido el visto bueno del Principado. El informe, no obstante, recoge varios condicionantes para el ejercicio de esta actividad, algunos recogidos ya en el proyecto de la empresa como medidas para prevenir y evitar la contaminación ligada a los montones de carbón y otros añadidos por la consejería tras consultar a distintas administraciones y colectivos.

El informe emitido por el Ayuntamiento de Gijón, por ejemplo, consideraba «esencial que se apantalle o cubra la zona en la que se ubiquen las parvas de carbón, para minimizar las emisiones producidas por el arrastre de material debidas a la acción del viento». Y coincidió con él la Coordindora Ecoloxista d'Asturies, que añade que «ahora tienen separadores de hormigón de 4 metros y es evidente que se precisa una mayor altura de los paramentos laterales, al menos un metro más que las parvas previstas». En este sentido, la resolución autonómica indica que «los separadores de hormigón y el cerramiento de la parcela deberán ser de una altura nunca inferior a seis metros», frente al «mínimo de cuatro metros» que recogía el documento ambiental presentado por la empresa.

Además, Lissan Coal deberá garantizar que los aspersores de agua próximos a las parvas y a las zonas de paso de los vehículos que transportan el material «operen incluso fuera del horario laboral», con una programación automática en función de la humedad y el viento, para «evitar la dispersión de las partículas». El documento también advierte de la necesidad de que las aguas de escorrentía que se generen en la parcela vayan a sistemas de saneamiento y no directamente al mar.

Por otra parte, también en materia ambiental, el próximo lunes está previsto que la junta de gobierno apruebe en una sesión extraordinaria el proyecto de ordenanza para la zona de bajas emisiones de La Calzada, para iniciar así la tramitación de la normativa que fijará las condiciones de acceso en caso de episodios de contaminación.