Gijón ve el parón de la ampliación del Hospital de Cabueñes como «una burla» y pide que se retomen las obras «cuanto antes»
La Cámara de Comercio confía en «una pronta resolución de este escenario» y la Federación de Vecinos cree «inadmisible» que se juegue así con la salud
Desde la clase política hasta los vecinos, pasando por los empresarios. La cancelación del contrato para las obras de ampliación del Hospital de Cabueñes de Gijón ... motivada por los retrasos en el plazo de ejecución de la obra ha caído como un auténtico bombazo sobre la ciudad. Son ya demasiadas las decepciones acumuladas, demasiados los incumplimientos, y los ánimos están caldeados. Tanto que el portavoz del gobierno local y teniente de alcalde de Gijón, Jesús Martínez Salvador, de Foro Asturias, hablaba tras conocerse la noticia de «un fraude constante y una burla continua a los gijoneses y gijonesas». En su opinión, con esta decisión «el PSOE vuelve a dejar tirado a Gijón. Concurrieron a las elecciones con dos proyectos capitales: el vial de Jove y la ampliación de Cabueñes. Hoy ya ninguno de los dos existe», denunciaba. Cree Martínez Salvador que esta noticia es «el reflejo de la peor política» y que «cada vez es más evidente que el problema de esta región tiene un nombre: PSOE».
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En la misma línea se manifestaban sus socios de gobierno en Gijón. Ángela Pumariega considera que el frenazo «no solo es un golpe inaceptable, sino que pone de manifiesto una gestión negligente y una preocupante incapacidad del gobierno de Barbón para ejecutar proyectos esenciales para nuestra ciudad». Con el agravante de que «estamos hablando de un proyecto que no solo representa una necesidad sanitaria urgente, sino también una oportunidad para mejorar la calidad de vida de nuestra ciudadanía y reforzar los servicios sanitarios de toda la región». En lugar de eso, lamentaba, «lo que vemos es un desprecio reiterado hacia Gijón, relegándonos una vez más a un segundo plano» y exigió a continuación «un compromiso firme y serio con plazos y recursos adecuados para retomar las obras de forma urgente. La salud y el futuro de los gijoneses no son negociables», concluyó.
Desde Izquierda Unida, Noelia Ordieres incidía en que «la Consejería de Salud no puede ceder a los chantajes de las empresas sobre los sobrecostes inasumiles ni permitir los retrasos en la ejecución del proyecto» impuesta por la empresa adjudicataria. Y pedían también «celeridad máxima para revertir la situación y poder sacar la nueva licitación en el menor plazo posible, para que los vecinos y las vecinas de este área sanitaria no se vean perjudicados».
Sara Álvarez Rouco, de Vox, decía que «a los socialistas hay que recordarles de nuevo que con la salud no se juega. A día de hoy han convertido el abuso a los pacientes en su pasatiempo favorito: listas de espera eternas, problemas con el personal sin solución y abandono absoluto de las infraestructuras sanitarias. Ahora los gijoneses vamos a sufrir con el enésimo proyecto socialista aplazado. Cabueñes es el último ejemplo de su incompetencia. Estamos hartos, Asturias necesita un cambio urgente», proponía.
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Olaya Suárez, de Podemos, cree que «una vez más la ciudadanía gijonesa es víctima del abandono institucional y se cronifica la carencia de infraestructuras esenciales». Observa además que «la actuación de las contratistas ha sido más que negligente, y debería haber consecuencias por ello» y recordó que todo empezó con «una licitación que se eternizó injustificadamente por parte del Gobierno asturiano, y cuyas condiciones estuvieron muy cuestionadas desde el principio. Las malas prácticas no suelen traer buenos resultados», concluía.
Desde el PSOE local, por su parte, Monchu García cargó directamente contra el «portavoz ocasional» del gobierno, Jesús Martínez Salvador, a quien le recordó que si Gijón iba a tener un hospital era gracias a los presupuestos regionales «contra los que votó su partido». A través de un post en una red social, le explicó que «a diferencia con ustedes, señor portavoz, es que a nosotros no nos valen las cosas hechas de cualquier manera, para Gijón queremos sencillamente lo mejor y si esta empresa no está cumpliendo hay que cambiar, porque para nosotros, por encima del interés de la empresa está el interés del ciudadano. Es sencillo, pero ya veo que para ustedes no lo es». También en clave regional, el diputado de Foro Asturias, Adrián Pumares, incidió en que toda la tramitación «se ha hecho verdaderamente mal y por tanto hay que dar explicaciones y, sobre todo, asumir responsabilidades. Y lo que hace falta también es dar un compromiso claro y concreto de qué plazos se manejan ahora para las obras», exigió. Y es que mientras en una nota de prensa de la Consejería de Salud se hablaba de licitar de nuevo la obra este mismo año, la consejera de Salud, Concepción Saavedra, hablaba después en rueda de prensa de que confiaba hacerlo «esta legislatura».
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No solo la política se declaraba decepcionada ante lo que supondrá un retraso importante. Desde la Cámara de Comercio de Gijón, su presidente, Félix Baragaño, no podía más que «lamentar profundamente la situación que se ha creado con la paralización de las obras en una infraestructura que es estratégica para Gijón, su demarcación y la población que atiende». Como los políticos de la ciudad, confía en «una pronta resolución de este escenario y que los trabajos se normalicen lo más pronto posible para que pueda entrar en servicio con la menor demora sobre el plazo previsto».
Mucho más crítico y tajante fue Manuel Cañete, presidente de la Federación de Vecinos de Gijón, quien habló de «inadmisible» lo sucedido. «Estamos en Fitur vendiendo el Paraíso Natural, y mira en qué situación estamos en Gijón», se lamentaba. Y es que, en su opinión, «solo nos falta un meteorito. A ver quién explica esto, porque nos han venido contando que las obras bien y en plazo. Nos han estado ocultando lo que pasaba», criticaba. «Es alucinante, no hay por dónde coger lo del sobrecoste». Y recuerda que «por el medio está la salud, los retrasos en una obra que mejora nuestra calidad de vida es inadmisible», insistía.
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¿La única parte buena? Que el proyecto, con una pandemia de por medio, se había quedado obsoleto y ahora podrá aprovecharse el parón para modificarlo y adaptarlo a las necesidades reales y futuras del hospital.
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