Gracias por tanto

Ayer nos despertábamos con una triste noticia. Rufino Ballesteros Iglesias nos decía adiós a sus 80 años. Un amanecer que deja huérfana a nuestra ciudad de una de esas personas imprescindibles para entender los últimos 50 años de Asturias, Gijón y su zona oeste.

Rufino siempre ha sido un hacedor. Una persona inquieta que ha ido sembrando con el mimo de quien ve un árbol donde otros sienten vacío. Un convencido de que la realidad que realmente cambia la vida de las personas se construye desde la proximidad, desde el encuentro, desde lo popular. Un soñador que encontraba su energía en la emoción y la pasión de quien sabe vivir aprovechando hasta el último recoveco. Alguien que ha situado a Gijón en el olimpo del deporte sobre ruedas; que ha llenado las calles de La Calzada de actividades culturales, corales, deporte; que ha llevado sus raíces mierenses con gran orgullo y determinación. Hablar de Rufino es hablar de barrio y de compromiso.

Toca decir adiós, y lo hacemos con una gran deuda. La deuda de no haber sabido dar a Rufino una pequeña parte de todo lo que él ha ido regalando a su paso. Un legado que toca cuidar y proteger. Gracias por tu generosidad, por ser referente. Gracias por tanto, Rufino. Descansa en paz.