«Las heridas de Silvia no cuadran con un ataque»

«No me cuadra con un ataque con cuchillo». El forense que le practicó la autopsia a Silvia Hernández fue contundente durante su declaración en la segunda sesión de la vista oral por la muerte de la mujer de 34 años en Roces en 2016. «Presentaba dos pequeñas heridas en el costado izquierdo, una le afectó el lóbulo del pulmón y la otra en la pared del estómago, lo que le acabó por provocar una hemorragia interna, pueden ser compatibles con un forcejeo», añadió el facultativo en la sala de la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias, en donde se repite el juicio a Celestino V. G. después de que el TSJA anulase el anterior veredicto del jurado popular al apreciar incongruencias.

El forense, junto a la compañera con la que realizó la autopsia, señaló que «no se puede entender por agonía que unas heridas pequeñas acaben desencadenando la muerte, en un primer momento sería un dolor leve para acabar desencadenando fuertes dolores». Esas lesiones que le afectaron a la pared del estómago, le causaron una hemorragia interna.

Ambos médicos fijaron la hora de la muerte en «unas siete horas antes del levantamiento del cadáver», es decir, sobre la una de la noche del domingo al lunes. El dato concuerda con la versión aportada por Celestino V. G., quien manifestó que el incidente en el que se produjeron las lesiones -cuando supuestamente ella intentó quitarse la vida y él forcejeó con ella para arrebatarle el cuchillo- tuvo lugar la noche del viernes y el deceso se produjo dos días después.

La fiscalía y la abogacía del Estado solicitan para él una condena de 22 años de cárcel por el delito de homicidio, mientras la acusación particular y la acusación popular, ejercida por Abogadas por la Igualdad, consideran que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato y piden para el procesado la prisión permanente revisable.

A lo largo de la mañana de ayer declararon los policías que acudieron al piso de la calle Carpinteros tras la llamada de Celestino V. G. «La mujer estaba en la cama, sobre una mancha de sangre que manaba por la boca y la nariz», relató el agente de la Policía Científica que realizó la inspección ocular de la vivienda. «Estaba todo muy desordenado, pero se veía que era el estado habitual del piso», añadió. El juicio continuará hoy con las pruebas periciales. Será mañana cuando el jurado popular se reúna para deliberar.