«El hockey se queda huérfano»

«Fue un modelo a seguir en todos sus ámbitos». Estas son las palabras de Fernando Sierra, entrenador del Telecable Hockey Club, quien inició su andadura deportiva de la mano de Ballesteros «a los 14 años en La Algodonera en 1985».

Sierra contó que «siempre fue un hombre muy preocupado porque los jóvenes tuvieran oportunidades». «Y esos valores los trasmitió al club», indica el entrenador, que lo describió «como una persona que ha sido siempre un referente en todo lo que hacía y nos enseñó a afrontar la vida», reconocía Sierra con un nudo en la garganta: «Aunque no fuéramos familia es como si siempre lo hubiéramos sido». El presidente del Telecable Hockey Club, José Luis Souto, también lamentaba ayer «la pérdida por la que un deporte está de luto». Y es que Rufino, explica, «fue siempre un peleón ante cualquier obstáculo». Su implicación era «admirable» y era un fiel seguidor del club, al que vio jugar por última vez contra el Palau. «Hasta el último segundo nos apoyó. Si no hubiera sido por Rufino no estaríamos donde hemos llegado», reconoce Souto.

«Una persona muy entregada y con mucha energía». Así lo recuerda María Fernández 'Pulgui', que entrenó en su momento al equipo sénior femenino del Telecable Hockey. Conoció a Rufino cuando aún «era muy pequeña», pero siempre supo observar «su pasión e implicación» por el mundo del hockey.

Asimismo, Natasha Lee, elegida dos veces como la mejor jugadora de la OKLiga, decía que «con su ida nos hemos quedado huérfanos». Pero, motivada por su figura, «tenemos que seguir con lo que él siempre nos inculcó, con esa positividad y felicidad que nos aportaba».