El hotel de cinco estrellas para el Muelle, en manos del Consejo de Patrimonio

Los técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural ya tienen desde hace unas semanas el proyecto presentado por Apartamentos Miramar para transformar la vieja sede de la Autoridad Portuaria de Gijón, en el Muelle, en un hotel de cinco estrellas. Los funcionarios deberán elaborar un informe técnico que será la base para que la Comisión Permanente del Consejo de Patrimonio tome una decisión definitiva al respecto. Pero tanto el Principado como la promotora han estado en estrecho contacto desde un principio para que todo transcurra como se espera.

El director general de Urbanismo del Ayuntamiento de Gijón, Gonzalo Canga, reconoció que el inmueble y su entorno «es un lugar emblemático y tenemos que proponernos como empeño el acertar con la solución que se dé para el lugar, el edificio y la urbanización del entorno». El Ayuntamiento ha colaborado con el promotor y el Principado, ya que Canga tiene claro que «tenemos que servir de engranaje entre los particulares que tienen iniciativas con la administración competente en la materia».

Canga consultó con el director general de Patrimonio Cultural, Pablo León, y apuntó que «creemos que lo más beneficioso y sano era que hubiera diálogo entre quien fuera a formalizar la propuesta y la consejería». Añadió que «animamos a la promotora a que entrase en contacto con el Principado para contrastar las diferentes soluciones».

Lo que se tiene claro es que se aplique un modelo respetuoso con el entorno y que, en la medida de lo posible, lo mejore. El director general de Urbanismo explicó que «esa zona tiene un potencial muy importante para mejorar la relación de Cimavilla con el puerto, con Lequerica y con esas escaleras que todos en algún momento utilizamos. Ahí hay zonas que hay que trabajar».

No se trata solo, por tanto, de un buen proyecto para hacer un hotel de cinco estrellas, sino que integre todo el entorno que podría llegar a incluir el viejo edificio Vigía, que actualmente es la sede de la Cruz Roja del Mar. «Desde un primer momento estuvimos hablando con la promotora sobre la idea de un proyecto respetuoso con el entorno. Como Ayuntamiento, tenemos una opinión, pero como es un bien de interés cultural (BIC), tiene que pasar por el consejo de Patrimonio Cultural», explicó Canga.

Ahora se desarrolla ese trabajo previo «discreto y silencioso, para que luego las cosas salgan bien y no nos encontremos sorpresas en la tramitación», apuntó el director general.