El IES Nº1 de Gijón celebra diez años de Igualdad
El instituto gijonés fue el primero en implantar el módulo sobre Prevención en Violencia de Género. «Queremos festejarlo batiendo todos los récords de matriculación», señala la profesora Cristina Álvarez
El 18 de junio, con el inicio del periodo de matriculación en los centros educativos, el IES Nº1 de Gijón celebró un aniversario ... muy especial: 10 años desde que comenzó a impartirse en sus aulas el Ciclo Formativo de Grado Superior en Promoción de Igualdad de Género, una formación única en Asturias. Una década de compromiso con la equidad, la prevención de la violencia y la transformación social que el equipo docente pretende festejar con una meta muy clara: «Queremos batir todos los récords de matriculación, que este curso no sea una mera celebración, sino un punto de inflexión. Necesitamos que más personas se formen en igualdad, que más alumnado elija esta vía. Porque la igualdad es ya una prioridad social y profesional», señaló Cristina Álvarez, profesora del módulo de Prevención de la Violencia de Género, presente en el ciclo desde su primera promoción.
Publicidad
A pesar de esta década habida, el ciclo sigue siendo un gran desconocido para buena parte del alumnado. Esto hace que gran parte de quienes finalizan estudios medios en Gijón ni siquiera se plantea esta opción. Esto, en palabras del profesorado se debe a que «no se conoce, y por ello no se valora. Sin valoración, se pierde una oportunidad única de formarse en algo no solo útil sino necesario para el presente y el futuro», explicó Álvarez.
El ciclo formativo no se limita a formar perfiles profesionales capacitados para intervenir en contextos sociales, laborales o educativos, sino que también propone un recorrido vital. «Quienes lo cursan coinciden en que no es solo aprendizaje teórico. Te invita a revisar tu propia vida, tus relaciones, da sentido a muchas situaciones vividas en silencio».
El alumnado que pasa por el aula conforma un grupo humano muy diverso. Desde jóvenes recién salidas del bachillerato hasta personas adultas que buscan reorientar su trayectoria profesional o profundizar en su compromiso social. «Tenemos estudiantes de 20 años y otras de 50, y conviven con una armonía que rara vez se da en otros entornos educativos. Se crea una comunidad de aprendizaje intergeneracional muy rica», destacó Cristina.
Publicidad
Además de quienes se acercan desde el mundo educativo o asociativo, cada vez más personas procedentes de sectores laborales variados consideran esta formación como un complemento diferencial para sus currículos.
«Hablamos de personas con estudios en Trabajo Social, Psicología, Educación, profesionales que quieren incorporar la perspectiva de género en su ejercicio diario», añadió.
Alicia Fernández, docente del módulo de Promoción del Empleo Femenino, recuerda que Europa ya ha establecido la transversalidad de la igualdad como un mandato legal. «No es una ideología ni una tendencia pasajera. La legislación comunitaria obliga a que la igualdad de trato y oportunidades esté presente en todos los niveles, desde las instituciones hasta la empresa privada. El mundo laboral ya empieza a exigir formación específica en esta materia», afirmó.
Publicidad
Y es que, según datos del SEPE, el 41% de las ofertas del tercer sector y servicios sociales ya valoran explícitamente la formación en igualdad como una competencia deseable. «Hoy puede ser una ventaja competitiva. Muy pronto será un requisito obligatorio», aseguró Fernández. La figura 'agente de igualdad' está cada vez más presente en países adalides de la modernidad como son los del norte y centro europeo, tanto en organismos públicos como en empresas privadas. En España, esta figura empieza a consolidarse, pero todavía con carencias. «Aquí se aprueban planes de igualdad que, en muchas ocasiones, solo se cuelgan en un tablón. Lo importante es generar cambios reales, educar, acompañar, revisar la estructura desde dentro. Y para eso se necesitan profesionales formadas y comprometidas», recalcó.
Esta desigualdad también se manifiesta en el ámbito laboral. «Aunque las mujeres siguen asumiendo más del 70% de las tareas domésticas y de cuidados, son ellas quienes presentan un menor índice de absentismo laboral. «Se sienten tan observadas que acaban por ir al médico en su hora de comida o piden el día solo si es estrictamente necesario. Debemos desmontar el prejuicio que vincula a la mujer con el ausentismo», afirmó Alicia Fernández.
Publicidad
Por su parte Sánchez añadió: «Mi módulo no es solo educativo. Es clarividente. Conforme avanzas, te das cuenta de cómo se estructura la violencia hacia las mujeres: desde los micro machismos del día a día hasta la institucional. Enseñamos a identificar, prevenir y combatirla». Para ella, no se puede hablar de violencia sin hablar primero de desigualdad. «Todavía hay quienes niegan que exista la violencia de género. Pero basta ver un telediario: si no es hoy será mañana cuando aparezca el nombre de una mujer más en ese contador que no descansa».
Uno de los principios que sostienen en este ciclo es que la igualdad no es una causa de mujeres, sino una causa de toda la sociedad. «Muchos de nuestros alumnos son hombres», explicó Alicia, «y vienen porque han detectado la violencia en sus entornos o en sus propias vivencias: normas rígidas, imposiciones sobre el rol masculino. Empiezan a estar cansados del patriarcado y quieren aprender a desmantelarlo».
Publicidad
«Hace poco vi a un chico en TikTok que decía: 'menos mal que las mujeres piden igualdad y no venganza'. Es una frase que dice mucho; el dolor no se hereda. Queremos cambiar las cosas porque creemos que el resultado será una sociedad más justa, equilibrada y feliz para todos, no solo para nosotras», añadió Álvarez.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión