«Las instalaciones necesitan cambios continuamente; reformaremos la fachada»
Alfredo Alegría Díaz Presidente del Real Club de Regatas ·
Afronta su tercer y último mandato. «Un año raro» y lleno de incertidumbres. «Todo cambia de un día para otro y el virus nos está volviendo locos», diceSUSANA D. TEJEDOR
GIJÓN.
Sábado, 24 de octubre 2020, 15:34
Su afición a la vela le llevó al Club de Regatas. Su padre era muy aficionado a la pesca, pero a él le sedujo el deporte náutico. Han pasado ya muchos años y en estos momentos afronta su tercer y último mandato al frente del Real Club de Regatas de Gijón. Alfredo Alegría (Gijón, 1960) dice que este año «ha sido el más raro» de todos los que recuerda.
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-¿Cómo se está viviendo la pandemia en el club que preside?
-Este es el año más raro y más duro de todos cuantos se recuerdan. El virus nos está volviendo locos. Afortunadamente, aquí no se ha registrado ningún caso, a pesar de que la zona de la terraza y hostelería y la piscina se llena, pero la incertidumbre de las normas y los cambios continuos nos hacen mucho daño.
-Grandes pérdidas para el club.
-Sí. Estuvimos confinados dos meses, lo que nos llevó al cierre y a un Erte de todo el personal. Luego fuimos abriendo por fases, poco a poco. Primero las terrazas; tuvimos que ampliar espacio en esta zona que mira a Santa Catalina. Hicimos separaciones de las mesas y eso funcionó muy bien. Posteriormente, ya abrimos las instalaciones deportivas y la piscina; en julio, volvimos a tener actividades de vela.
-La cancelación de bodas, comuniones y celebraciones se habrá notado mucho.
-Es una parte muy importante de nuestros ingresos. Ahora estamos ya celebrando actos, pero no sabemos hasta cuándo. Las cosas cambian de un día para otro...
-Paralizados quedaron los proyectos, algunos inmediatos, otros a largo plazo.
-Aquí siempre hay mucho que hacer. Las instalaciones necesitan cambios continuamente. Uno de nuestros propósitos es reformar la fachada norte de Santa Catalina, porque el mar deteriora mucho y además provoca filtraciones. Es algo que tenemos en mente desde hace tiempo y quisiéramos que se iniciase para la primavera. Aún estamos haciendo los presupuestos pero, claro, serán unos 200.000 euros, por lo menos, y un tiempo de obras de dos o tres meses. También hay una gran demanda de los socios para que se reformen los vestuarios del balneario, que tienen 40 años, pero este año no podrá ser.
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-Y las instalaciones de la calle Corrida, ¿necesitan reformas?
-Hicimos arreglos en los baños y en sala de televisión recientemente.
-La Escuela de Vela también tuvo que cancelar su actividad.
-Ahora ya está funcionando y muy bien, tenemos más alumnos que nunca porque la gente quiere aire libre, cualquier persona puede participar sin ser socio y no es un deporte elitista, como muchos piensan. Pero nuestras instalaciones son muy limitadas en espacio. Llevamos años intentando tener una escuela más grande, pero conseguir una superficie amplia al borde del mar es muy complicado.
-Acaban de celebrar la asamblea pospuesta desde abril.
-Aprobamos una ligera subida de las cuotas, que corresponde con una actualización del IPC y representa una cantidad casi inapreciable; también las cuentas de 2019, que arrojaron un saldo positivo, y el presupuesto de 2020, que es similar al ejercicio pasado. En este aspecto, no hay grandes cambios.
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-En septiembre se celebra, normalmente, el día del socio.
-Este año no ha podido ser, pero decidimos nombrar a 16 socios de honor. La entrega de la insignia de oro se celebrará para el próximo ejercicio, junto con los que nombremos en ese momento.
-¿Cómo afronta el otoño?
-Con incertidumbre, no sabemos qué medidas nos esperan. En el verano ya adoptamos restricciones. Controlamos los aforos hasta un máximo de 300 personas y creó conflictos. Avisamos por megafonía de que fueran saliendo quienes llevaran más de tres horas para dejar entrar a otros, pero no se marchaba nadie. Es muy difícil todo.
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