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El niño Hernán Piniella, arriba a la izquierda, con los recogepelotas de El Molinón en 1970, año del cuarto ascenso a Primera División.

Hernán Piniella

Memorias de un 'hijo' del Hogar de San José derivado a escritor

Janel Cuesta

Gijón

Lunes, 7 de octubre 2024, 02:00

Es sumamente agradable introducirse en el túnel de la historia, sobremanera cuando tenemos el privilegio de contactar con uno de los protagonistas de los primeros ... años de aquel Hogar de San José en El Natahoyo, cuya influencia en la atención a la juventud más necesitada en tiempos de postguerra es digna de tener en cuenta y que también forme parte de eso que ahora ha dado en llamarse 'memoria histórica'. Nuestro personaje de hoy es uno de los más claros ejemplos de quienes vivieron unos tiempos llenos de carencias y dificultades y ahora, cuando hacen balance de lo que fue su paso por el Hogar de San José tutelado por el sacerdote jesuita Máximo González, son conscientes de que todo lo que se diga y escriba solo será una leve aproximación a la realidad.

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Hernán Piniella Iglesias ingresó en el Hogar de San José cuando tenía 9 años y Josefa Iglesias, su madre, vino a vivir a Gijón en busca de trabajo, porque hacía dos años que había fallecido su marido, y encontrándose con dos hijos huérfanos de su progenitor José Antonio Piniella, natural de Mestres en Infiesto, agricultor de profesión, llevador de fincas que no eran de su propiedad. Hernán tenía un hermano mayor, José Manuel, y los dos nacieron en Noreña, por lo que su primera escuela fueron las Graduadas de Pola de Siero.

Devorador de libros

Para el jovencísimo Hernán Piniella, llegar al Hogar de San José y recibir las enseñanzas del Padre José Luis Darriba supuso un antes y un después al descubrir un nuevo mundo, y más aún cuando comenzó los estudios de Maestría Industrial en la Fundación Revillagigedo mientras obtenía sus primeros dineros en Inalcron, empresa de aceros inoxidables y cromados para, cumplidos los 14, ingresar en Industrial Alonso; eso de día, porque al atardecer obtenía la titulación de maestro industrial en lo que fue la Escuela de Peritos Industriales.

De su etapa de estudiante y residente en el Hogar de San José, Hernán Piniella recuerda con agrado sus horas felices en la biblioteca donde 'devoraba' libros sobre la historia, algo que le fascinaba. Leía diariamente varios periódicos y aún tenía tiempo para jugar al fútbol en el equipo 'del Hogar' y acudir con otros siete compañeros cada domingo a El Molinón para recoger los balones que salían del terreno de juego, con la lección bien aprendida de cuándo tenían que devolverlos rápidamente o dejar pasar el tiempo, según las circunstancias. Hernán recuerda con orgullo que un día le colocó el balón a Ferrero en un saque de esquina, Enzo Ferrero centró y Quini marcó el gol del triunfo. Luego 'El Brujo' le decía que fue gracias a él.

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'Recuerdos de Cimadevilla'

Terminados los estudios y después de trabajar en ITI Ingeniería Industrial Racol, cumple con el servicio militar en Córdoba y le reclama su padrino que residía en Venezuela. Allí trabaja de tornero, pero un accidente laboral le lleva a dedicarse a la venta de artículos de refrigeración y aire acondicionado con notable éxito. Contrae matrimonio con Margot Grillet y nacen sus tres primeros hijos en Caracas, pero su esposa sufre un atraco con golpes y graves lesiones, por lo que venden sus propiedades y regresan a Asturias en 1996, donde consigue trabajo en Inmacron de La Felguera. Tres años más tarde ingresa en La Refractaria en EI Berrón, Siero; en 2005 comienza en Talleres Marte en Tremañes, auxiliar de la fábrica de callos y fabada Litoral, donde llegado 2012, con 55 años, sufre un infarto del que se fue recuperando lentamente y le supuso la jubilación anticipada.

No obstante esta intensa vida laboral, fue creciente su interés por la historia, la escritura y cuanto se relacionase con España, Asturias y Gijón. Prueba de ello son sus colaboraciones en porfolios de fiestas y revistas de Gijón, como 'Prímula', donde sobresalen sus artículos sobre 'Las puertas de Gijón', 'Mujeres de oro de Gijón' y 'Maqueta de Gijón, mediados siglo XIX', 'Los tiempos del viejo tranvía', 'Así nació El Natahoyo' o 'Estación término de Villamanín'. Su libro 'Las horas lastimadas' recoge una amplia historia sobre el Hogar de San José, lectura obligada para quienes deseen conocer la historia de la formación en la España de la postguerra, y tiene en imprenta 'Recuerdos de Cimadevilla'. Sus publicaciones en internet y Facebook tienen miles de lectores, algo normal para quienes tengan la suerte de leer sus trabajos sobre 'EI Capitán Jordán de Valdés. Cenero pone un héroe en Flandes'.

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La 'borra' del Café Oriental

Hernán Piniella no olvida sus tiempos en el Hogar cuando vendían papeletas de rifa de un piso o un coche que les donaban personas caritativas para obtener recursos o cuando acudían al Café Oriental en la calle Corrida para recoger 'la borra' sobrante que reciclaban y aprovechaban en sus desayunos. Sobre todo, prevalece el reconocimiento al Padre Máximo y a sus colaboradores el Padre Montero que lo curaba todo y al maestro de maestros Padre José Luis Darriba, cuyas enseñanzas aun están presentes en las vidas de los que fueron sus alumnos.

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