Investigan por maltrato animal la muerte de un perro y el hacinamiento de otros 16 en un domicilio de Gijón

La Policía Nacional investiga por posible maltrato animal la muerte de un perro y el abandono de otros 16 en un domicilio de la calle Marcelino González, en el barrio de El Llano, en Gijón. El hallazgo, avanzado por EL COMERCIO, se produjo la noche del pasado viernes, cuando la propietaria del inmueble, quien regresaba de vacaciones, no conseguía acceder al interior del mismo. Dentro se encontraba su hijo, quien se negaba a abrir la puerta. Ante la imposibilidad de acceder a su propia vivienda, la mujer acudió a la Jefatura de la Policía Local para explicarles su situación.

Allí, la mujer relató que su hijo padece problemas psiquiátricos, por lo que, además de la Policía Local, acudieron especialistas de los servicios médicos hasta el piso de la calle Marcelino González. Fueron estos profesionales sanitarios quienes convencieron al hombre atrincherado de que abriese la puerta y abandonase el inmueble. El varón fue trasladado a la Unidad de Psiquiatría del Hospital de Jove. Una vez abierta la puerta del domicilio, los agentes municipales se encontraron una terrible escena.

Un cachorro muerto y envuelto en una bolsa de plástico en el congelador. En otra de las habitaciones, que se encontraba cerrada, malvivían hacinados dieciséis perros potencialmente peligrosos, 12 de ellos también cachorros. Muy debilitados, sin comer y sin beber, en condiciones casi incompatibles con la vida, llegando muchos de ellos a no poder ni siquiera caminar por las heridas que presentaban en sus patas. A oscuras, ya que las persianas estaban bajadas. La propietaria del inmueble negó a los agentes tener conocimiento de la existencia de estos animales en el domicilio de su propiedad, llegando a asegurar que siempre le había indicado a su hijo que no quería animales en casa. El hedor que desprendía el inmueble obligó a que los agentes que accedieron a su interior lo hiciesen con máscaras y equipos especializados.

Una vez comprobada toda la casa para cerciorarse de que no hubiera más animales, los dieciséis canes supervivientes fueron derivados al Albergue de Serín, donde la protectora de animales se ha hecho cargo del cuidado de los mismos para su chequeo veterinario, su identificación y revisar si estaban al tanto de las vacunas correspondientes. «Son muy buenos, pero venían con mucha hambre y falta de higiene y cuidados», reconocía una de las trabajadoras del centro de animales de Serín. Del propio complejo canino reconocían «no saber nada de la historia» detrás de estos animales, que a ellos les habían llegado «enviados por la Policía».

Tras los pertinentes análisis en el Albergue de Serín, la protectora municipal remitirá un informe de vuelta a los agentes, dando cuenta con más detalle del estado concreto en que se encontraba cada uno de los 16 animales. Cuatro de ellos son adultos. El resto, cachorros. Todos ellos muy parecidos, de color blanco y con manchas marrones. Los perros rescatados se encuentran ahora en situación de «cuarentena» confirmaban desde el centro de animales. Hasta que no sean desparasitados y vacunados no podrán ser dados en adopción. Todo ello tendrá que contar con el visto bueno del veterinario del centro.

Paralelamente, la Policía Local compareció en la Comisaría de El Natahoyo para dar parte de unos hechos por los que la Policía Judicial del cuerpo nacional ya ha abierto diligencias. La investigación tratará de dilucidar si la situación en la que se encontraban estos animales puede incurrir en un delito de maltrato animal, tipificado así en el artículo 337 del Código Penal y, de ser así, si la madre o el hijo habrían incurrido en él por el suceso de la calle Marcelino González.

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