«Para Mariasun, por delante de la moralina estaba la persona y ayudó a familias enteras»
Los compañeros de la primera directora de Enfermería en Cabueñes, fallecida el martes, destacan su «carácter solidario»
SUSANA D. TEJEDOR
GIJÓN.
Viernes, 8 de enero 2021, 00:23
Compañeros de Mariasun Viña, quien fuera primera directora de Enfermería en el Hospital de Cabueñes (en aquel entonces, Hospital Gómez Sabugo), recuerdan a una «mujer que, ante todo, luchaba por el bien de cuantos la rodeaban». Viña, que falleció el pasado martes a los 91 años, dejó huella en los que trabajaron con ella.
Paz Cima, enfermera de quirófano en Cabueñes, solo tiene palabras de agradecimiento para quien se impuso «a la moralina de la época, porque para ella, por encima de todo, estaba la persona». Cima asegura que «Mariasun nunca criticó a nadie en un tiempo en que esto no se llevaba y ofreció trabajo a los que más lo necesitaban».
Según rememora, la moralina, que no la moral de los años 70, no iba con ella. «Ofreció ayuda sin pedirlo porque era muy solidaria y humana. Ayudó sin escandalizarse por nada».
«Hacía malabares para que todo el personal estuviese contento. Conseguía todo lo que estaba en su mano»
Así también se refiere a ella Pilar Álvarez-Hevia, enfermera jubilada que estuvo 44 años en Cabueñes y que compartió con Mariasun trabajo y ocio. «Había familias enteras en Cabueñes a las que ella había dado trabajo. Recuerdo que conoció a una viuda con siete hijos. A casi todos ellos los colocó, e incluso a las nueras. Hacía malabares para que todo el personal estuviese contento, no sé cómo se apañaba pero conseguía todo lo que estaba en su mano. Y defendía a sus trabajadores por encima de todo, tenía un don».
Esto no significa que no tuviera carácter, dice, «lo tenía y también mano derecha». A ella le dio Mariasun una oportunidad laboral única. «Yo venía de Madrid, tras estudiar allí y trabajar unos meses. Me la presentó una compañera fui a pedir trabajo un 15 de septiembre, me mandó incorporarme a los tres días porque había fin de semana por medio. 'Te espero aquí el lunes a las ocho de la mañana', me dijo, me quedé de piedra, ella era la directora, era recta, sabía imponerse, pero te daba todo lo que necesitabas».
Congreso en Japón
De historias que le marcaron sabe Paz Cima. Con ella tuvo un gesto que nunca olvidará: «Mi hija tuvo una quemadura grande. Tenía año y medio y estaba ingresada en Oviedo. Hizo lo imposible para que yo pudiera ir a verla cada día. Y nunca se lo llegué a pedir. Ella era así, muy solidaria».
Y muy sportinguista. Todos lo repiten al hablar de ella. «No le pidieras nada el lunes si había perdido el Sporting». Pilar Álvarez-Hevia era una de sus compañeras de El Molinón. «Íbamos a las tres a tomar un café antes del partido y luego al salir, hacíamos una merienda cena». También ella consiguió que un grupo de enfermeras viajaran a Japón con ella para participar en un congreso de enfermería. Era 1977 y estuvimos 26 días».
Por eso, ella está convencida de que «si no fuera por las medidas sanitarias en las que nos encontramos, su funeral habría sido multitudinario, reflejo del cariño que recogió. Era una persona muy querida y muy humana. Somos muchos los que tenemos grandes cosas que agradecerle».