«Hay hombres que para vender más usan seudónimo femenino»
Marta Sanz y Elia Barceló charlaron en la Semana Negra, de la mano del Aula de Cultura, sobre sus maneras de crear y de ver el mundo
Marta Sanz y Elia Barceló tuvieron, desde niñas, como aliadas a las palabras y las usaron para escaparse de la realidad, para hacerse adultas y hasta para vengarse «de aquel imbécil que me dejó». Ayer, las dos escritoras participaron en la Semana Negra en un conversatorio que contó con la colaboración del Aula de Cultura de EL COMERCIO. Y, durante el coloquio, salieron a relucir sus formas de crear que, para Sanz, pasan por desnudarse y deshacerse en el papel. «Yo me expongo totalmente y pido a los lectores que, al leer, hagan un 'striptease', quiero que sean intrépidos». Elia Barceló, sin embargo, prefiere no contar «nada íntimo», pero sí meterse en la piel de otros. «Si llego a comprender a gente totalmente distinta a mí, siento que voy por el buen camino», reflexionaba. La clave está en romper moldes porque, como confesaba la alicantina «los géneros están muy bien para trasgredirlos».
Hace falta seguir derribando murallas y eso se nota, según consideraban, en la escritura femenina. «Hay cierta irreverencia que se relaciona con la conciencia de que hemos sido educadas como hombres». En sus cuerpos, están tatuados Galdós, Cervantes, Shakespeare... «Las mujeres con sensibilidad cultural nos hemos formado con textos escritos desde una mirada masculina, así que ahora muchas hablamos con la lengua de las demonias», bromeaba Sanz. Y Barceló apostillaba que, «por eso, a lo mejor hay hombres a los que les molesta». Y lanzaba al aire, sin dar nombres, una puya que muchos cogieron al vuelo: «Últimamente bastantes hombres han decidido ponerse un seudónimo femenino para vender más». Y eso que hay quienes siguen pensando que las mujeres solo escriben para mujeres y que los hombres hacen literatura universal. «Se creen que son interesantes 300 páginas de uno hablando de su insomnio, pero la menopausia les parece una cosa de tías».