Multa de mil euros diarios por los retrasos a la empresa de la reforma de la calle Río Eo
La medida se aplicará a partir del miércoles, tras su aprobación el martes por la junta de gobierno. Lo cobrado revertirá en los comercios afectados
Las obras de reforma de la calle Río Eo tenían que haber terminado ayer y no lo han hecho. Es más, a la falta de numerosos remates en distintos puntos de la calle, se suma ahora una fuga de agua que provoca falta de presión en los edificios de la acera norte, por lo que los operarios se afanaban ayer en picar el hormigón recién instalado para dar con el origen de la pérdida y tratar de reparar la avería.
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Este retraso en la entrega de la obra, que hay que recordar que ya contaba con una prórroga de dos meses y veinte días en su plazo de entrega, ha provocado que el Ayuntamiento tome medidas y en la junta de gobierno que se celebrará el próximo martes se aprobará el inicio de imposición de penalidades a la adjudicataria por incumplimiento del plazo de ejecución. En concreto, a partir del próximo miércoles la empresa tendrá que abonar una multa de mil euros por cada día de retraso que acumule para entregar la obra.
La adjudicataria pretende terminar cuanto antes estos trabajos e informó al Ayuntamiento de Gijón de que estarían culminados en el plazo de una semana. No es un plazo con el que estén de acuerdo los técnicos municipales, ya que, a la vista de los problemas que están surgiendo y de los detalles aún por rematar, calculan en dos o tres semanas las necesarias para que la calle Río Eo esté culminada.
Vecinos y comerciantes, descontentos con el retraso que lleva acumulada la reforma de esta calle de Pumarín
El equipo de gobierno ya sabe a qué destinará el dinero que recaude de esta multa a la adjudicataria. Lo que hará será cumplir uno de los compromisos adquiridos por Foro Asturias durante la pasada campaña electoral y que es que esa cantidad revierta en una línea de apoyo a los comercios que se vieron afectados por las obras en esta calle y que, tal y como quedó patente durante los últimos meses con las protestas vecinales, fueron prácticamente todos. De todas formas, el Ayuntamiento tienen aún que analizar cómo articular dicha línea de apoyo.
Descontento vecinal
Pero quienes están sufriendo el retraso de estas obras son vecinos y comerciantes de la calle. Francisco González tiene un establecimiento de reparación de calzado y apunta que las ventas le bajaron «entre un 25% y un 30%» y cree que «la organización en la obra es muy mala». Se queja de que sus clientes tenían problemas para llegar a su comercio y lamenta que ayer era «el último día y todo está levantado. Lo que interesa es que termine lo antes posible para tener una vida normal».
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Los vecinos también mostraron sus críticas. Antonio García, que tiene que valerse de una muleta para caminar, reconoce que «es complicado» pasar por esta calle y cree que «tenían que haber acabado una acera entera, para que todos pudiéramos pasar, y después que se pongan con la otra». Salvadora Martín reconoce que «ahora van bastante bien, pero interrumpió mucho el tráfico y la circulación. Si no es por las elecciones, no se acaba». Para Francisco Ruiz, lo peor es que se hayan hecho aceras de hormigón, porque, «si hay que levantarlo por una avería en un tubo que pase por ahí, lo que queda es un remiendo. No me gusta». Más optimista es Juan Casado, un leonés que lleva diez meses en Gijón y que confiesa que «me he quedado admirado con las acera que hay en Gijón, tan amplias». Eso sí, reconoce que «veía trabajar a los operarios y miraban el adoquín y lo remiraban. Los pobres, van aprendiendo».
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