Una nueva oleada de robos en la zona rural de Gijón pone en jaque a los vecinos

«No nos atrevemos a dejar la casa sola, en los alrededores han robado en casi todos los chalés, solo queda el nuestro...». Los vecinos de Castiello vuelven a estar «atemorizados» después de que solo en Navidad hayan asaltado una decena de viviendas, la mayoría concentradas en un pequeño radio.

Las fuerzas de seguridad consideran que los robos son obra de un grupo itinerante especializado que lleva semanas asentado en la región, aprovechando las fechas navideñas, las salidas de los moradores y el mayor tránsito en carreteras y calles.

En todos los casos utilizaron la misma forma de actuar: por la tarde, una vez anochecido, vigilando previamente las viviendas para saber cuáles están vacías y principalmente, centrándose en las que carecen de dispositivos de alarma.

Forzaron ventanas o puertas traseras y una vez dentro, registraron todos los cuartos, abriendo cajones y armarios en busca de dinero en efectivo y joyas. Las víctimas se encontraban con la desagradable sorpresa al regresar a sus casas. «Hubo unos vecinos que no se enteraron hasta pasado un rato, entraron, dejaron las cosas en la cocina y cuando se pusieron a ir a las habitaciones las encontraron con todo revuelto, toda la ropa tirada en el suelo, las cajoneras desmontadas... Un panorama desolador», relata el vecino de Castiello, que se pregunta «cuándo llegarán de una vez las cámaras prometidas por el Ayuntamiento». «No van a ser la panacea, pero algo harán, por lo menos los ladrones se lo pensarán dos veces a la hora de venir por la zona rural si saben que pueden ser registrados con el coche», abunda.

En los últimos meses se ha venido registrando un goteo de asaltos, pero ha sido en el periodo navideño cuando la situación «se ha tornado en insostenible». En solo una tarde robaron en cuatro casas en las inmediaciones de La Coría.

La parroquia de Castiello lleva años siendo de las más castigadas por este tipo de delitos debido a la facilidad de los delincuentes para huir por los accesos a la autovía del Cantábrico. También Deva, Cabueñesy Somió han venido siendo objeto de las oleadas de robos, en su inmensa mayoría perpetrados por grupos itinerantes que tienen su base fuera de la región y se desplazan entre comunidades autónomas, durante varios días o un par de semanas roban en la zona para luego buscar el siguiente objetivo.

Se trata de bandas de Europa del Este que buscan joyas que sacar del país con rapidez, ya sea por paquetería postal o con envíos a través de miembros de la organización que viajan a sus países de origen.

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