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David Jiménez, profesor de matemáticas del colegio Virgen Reina, regula el tráfico en la calle Lieres. DAMIÁN ARIENZA

Padres y docentes piden medios para garantizar la seguridad en los accesos a los colegios

El Ayuntamiento revisará caso por caso las reclamaciones de los centros y organizará más jornadas formativas para las familias

EN ESTA INFORMACIÓN HAN COLABORADO OLGA ESTEBAN Y SUSANA D. TEJEDOREUGENIA GARCÍA

GIJÓN.

Jueves, 24 de septiembre 2020, 00:12

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Con menos nervios y las ideas más claras padres, docentes y familias afrontaron ayer el segundo día de curso. Si el primero sirvió para ensayar todo lo estudiado en planes de contingencia y videoconferencias entre los centros y las familias, ayer se constató que aún hay cuestiones que limar, sobre todo en lo referente a los accesos a los colegios. En aquellos a los que no llegan los efectivos de la Policía Local o los voluntarios de Protección Civil, sigue siendo problemático compaginar el tráfico habitual con la puesta en práctica de los protocolos anticovid. Padres y docentes de varios centros de la ciudad coinciden en que faltan medios para garantizar la seguridad.

Pese a que el concejal de Movilidad, Aurelio Martín, aseguró que el martes «discurrió sin incidentes, como un día normal de incorporación de curso», lo cierto es que tanto entonces como ayer hubo centros que registraron problemas en sus accesos. En el colegio Virgen Reina, por ejemplo, era el profesor de matemáticas de Secundaria quien, dado que no comienza a dar clase hasta el lunes, se encargaba de desviar el tráfico de la calle Lieres para garantizar la salida segura de los niños más pequeños. «Solicitamos agentes o voluntarios, pero nos dijeron que no hay para todos los colegios, y llevamos dos días así», señalaba mientras trataba de hacer entender a los conductores que debían desviarse. «Un uniforme impone, pero a mi ya me han insultado y amenazado», reconocía. Las familias asistían entre indignadas y asombradas a la escena. Para Rubén Sánchez, padre de dos niñas del colegio, reflejaba «una dejación total de funciones por parte del Ayuntamiento, que debería prohibir el tráfico».

Pese a tener apenas un centenar de alumnos, también en el colegio Honesto Batalón, de Cimavilla, la situación fue «un poco caótica». Según explicaba después la presidenta del AMPA, Elisa de la Casa, «la acera es muy estrecha, por lo que confiábamos en que hubiera agentes para impedir parar a los coches en las horas de entrada y salida o que se pintaran marcas, pero nada». A ello se suma que esta misma semana han comenzado las obras en la calle de Óscar Olavarría, por lo que la calle del colegio se ha reordenado para permitir la circulación en doble sentido. Como consecuencia, «los padres no estamos dando ejemplo a los niños, porque nos vemos obligados a esperar en la calzada y 'apiñarnos' en la acera cada vez que pasa un coche».

También se echó de menos algún tipo de control en la Asunción, cuya directora, Elisa Rúa, apuntaba que el punto «más problemático» se encuentra en la calle Isabel la Católica, donde paran los autobuses. En el caso del colegio Lloréu, los mayores 'atascos' se dieron en la entrada que da a la calle del mismo nombre. «No habría estado mal que quitaran algún sitio de aparcamiento para permitir paradas temporales», opinaba Eva Lara. Por su parte, Lorena Costales sostenía que «a primera hora no hay problema ya que la entrada es escalonada, pero a las dos sería ideal que Protección Civil o la Policía controlasen el acceso, al tratarse de una calle tan estrecha y con poca acera». «Se agradecería, al menos al principio, para crear hábitos», secundaba Olga Díez, presidenta del AMPA, quien junto a otros tres miembros y equipada con un chaleco amarillo trataba de supervisar la entrada.

Precisamente, el Ayuntamiento está organizando cursos dirigidos a las asociaciones de padres y madres de alumnos. Son siete los centros que ya han recibido la formación, que imparte la Policía Local y que busca «orientar y dar pautas para evitar aglomeraciones», señalaba el concejal de Educación, Alberto Ferrao. «Los recursos son limitados -reconocía-, pero el primer día hubo 18 agentes de la Policía Local y 12 voluntarios de Protección Civil coordinando accesos en 30 de los 36 centros. No podemos abarcar todos los colegios durante todos los días, pero la Policía marca las prioridades y estamos atendiendo las demandas de más bolardos -como en el colegio Río Piles- y trabajando con Movilidad para intervenir y atender nuevas peticiones»,

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