571 paneles para calentar 14 edificios

Catorce edificios municipales cuentan en la actualidad con instalaciones de aprovechamiento de la energía solar, aunque a diferencia del Museo del Ferrocarril, donde acaban de ser retirados 80 metros cuadrados de placas fotovoltaicas instaladas en 2012 y que nunca llegaron a funcionar, su finalidad no es la generación de electricidad, sino la producción de calor para los sistemas de calefacción y de agua caliente sanitaria. Escuelas infantiles e instalaciones deportivas concentran la mayoría de estos equipos, que suman 571 paneles y una superficie de captación de 1.132 metros cuadrados -la media es de dos metros cuadrados por panel y todos juntos cabrían en las dos áreas de El Molinón-. En el primer grupo están las escuelas para niños de 0 a 3 años de Montevil (2 paneles), Viesques (2), La Camocha (2), Nuevo Gijón (2) y Atalía (10). En las cuatro primeras la potencia térmica equivale a 1.584 kilovatios-hora al año y en la última a 7.920. En el Colegio Jovellanos hay seis paneles más.

En lo que respecta a las instalaciones deportivas destaca el complejo de La Calzada, que suma 133 paneles sobre la cubierta de su piscina con una superficie de captación de 263 metros cuadrados y una potencia térmica de 105.336 kilovatios-hora al año. Le siguen las piscinas de Moreda (100 paneles), El Llano (99) y El Coto (90). Sobre el Palacio de Deportes hay 68 más, en la piscina de La Camocha funcionan otros 20 y el pabellón de la Tejerona suma una docena. El listado de edificios municipales con instalaciones solares térmicas lo completan los almacenes de Piti, con 25 paneles.

La potencia térmica de los sistemas distribuidos a lo largo de estos catorce equipamientos suma 452.232 kilovatios-hora al año, que es aproximadamente lo que consume la calefacción del Paladio de Deportes. La energía solar térmica no es la única renovable de la que se nutre el Consistorio. En la pista de atletismo hay un equipo alimentado por biomasa, con una potencia instalada de 60 kilovatios.

Por otra parte, Vox criticó ayer la decisión del Ayuntamiento de tratar directamente como residuo las placas fotovoltaicas del Museo del Ferrocarril. «Es impresentable que se permitan tirarlos a la basura sin que se hayan utilizado, pudiendo darles uso en otra ubicación. En un momento en el que se apuesta por las energías renovables, la reutilización de los recursos y el ahorro energético es inaudito no aprovechar estos elementos. Es un derroche que, como siempre, va a cargo del bolsillo de los ciudadanos».

Equo Xixón también consideró que esta decisión «no representa una gestión eficiente ni ejemplarizante en estos tiempos de crisis climática. El Ayuntamiento debe ser muy cuidadoso con no derrochar los recursos que gestiona».