Una inversión de 55 millones en la planta de cría de lenguados de El Musel permitirá crear 100 nuevos empleos
Barbón pone el proyecto en el puerto de Gijón como muestra de «la reinvención» de Asturias
Aunque lleva funcionando desde hace seis meses, la compañía Sea Eight celebró este jueves la inauguración de la planta de engorde de lenguados ... que ha puesto en marcha en la explanada de La Figar, en terrenos del Puerto de Gijón. La puesta de largo de las instalaciones contó con la presencia del presidente del Principado, Adrián Barbón, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, los consejeros de Movilidad, Alejandro Calvo, y Medio Rural, Marcelino Marcos, y de la presidenta de El Musel, Nieves Roqueñí.
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Tras una visita a las instalaciones limitada a las autoridades, se celebró un acto al que acudieron más de un centenar de invitados, entre los que se encontraban accionistas, socios y proveedores de Sea Eight. Su CEO, el mierense Jaime León fue el primero en intervenir y quiso agradecer el apoyo brindado por la agencia pública Sekuens. «Desde que contactamos en 2021 para buscar ubicaciones posibles para para instalarnos, hemos encontrado una administración cercana, colaboradora y eficiente, que nos ha ayudado permanentemente», afirmó.
El máximo ejecutivo de la firma aprovechó para anunciar la próxima ampliación de la planta recién inagurada. «Hemos presentado la semana pasada la memoria ambiental de la nueva fase de expansión, que será una inversión de 55 millones de euros que va a crear 100 puestos de trabajo adicionales y va a traer aquí a Asturias el proceso integral de producción de lenguado», dijo. Jaime León aseguró que es futura instalación «nos va a poner absolutamente en la vanguardia de la producción sostenible en Europa y en el mundo».
Por su parte, el presidente del Principado puso la planta de Sea Eight en Gijón como ejemplo de que «cuando hablamos de agroindustria asturiana, no hablamos de pasado, sino que hablamos sobre todo de futuro, que ya no son promesas, son realidades». Adrián Barbón señaló que «el pescado que se cría en Gijón llega a las mesas de toda España, llegará a las de Europa y también Norteamérica, llevando consigo calidad, trazabilidad ym esto es muy importante, sello asturiano».
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El jefe de Ejecutivo consideró esta iniciativa empresarial «una prueba de cómo la industria agroalimentaria puede ser motor de desarrollo» y calificó su inauguración como «un hito, que demuestra que Asturias ha sabido reinventarse, que ha sido capaz de abrazar el cambio y sobre todo que es capaz de escribir nuevos capítulos en su historia»,
Agradeció Barbón las palabras de elogio al papel de la agencia Sekuens, porque reconoció que en su día fue «una apuesta arriesgada por parte del Gobierno de Asturias crear la arquitectura institucional para favorecer la llegada de proyectos y que abriera las puertas para que quien quiera invertir pueda hacerlo con todas las facilidades».
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«Sabemos que en Asturias hay en marcha 60 proyectos con una inversión capaz de llegar a los 5.000 millones de euros y de crear 5000 empleos directos y hoy vemos aquí, en La Figar, cómo esta es una de esas iniciativas que ya es realidad», argumentó.
Habló Barbón también de El Musel como «una pieza clave» y «un acelerador» del «resurgir industrial de Asturias», y quiso detenerse a explicar a qué se refiere con ese resurgimiento porque «hay mucha gente que se sorprende cuando lo digo». «Un grupo mediático nada sospechoso de ser afín ideológicamente a lo que yo represento, el grupo Mercados, nos concedió hace unos pocos meses a Asturias el premio al resurgir económico, porque decían que el Principado estaba siendo capaz de pasar del pesimismo que a mí me tocó vivir en primera persona, que como descendiente de mineros conozco bien los efectos de la reconversión y que parecía que iba a ser eterna, a pasar a nuevos proyectos ampliando sectores y generando empleo», explicó. «Esta planta, refuerza el impulso, porque aquí asistimos al crecimiento de una actividad que es innovadora, no hay ninguna otra igual en el mundo y es además muy respetuosa con el medio ambiente», añadió Barbón.
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También tomó la palabra Roberto Centeno, presidente de Atitlán, propietaria de Sea Eight, que recordó la llegada de la compañía a la acuicultura tras una primera inversión en un proyecto agrícola. «Pensábamos que la agricultura era complicada y habíamos superado muchos retos y veníamos muy confiados, pero sin duda el proyecto más difícil al que nos hemos enfrentado nunca ha sido el de Sea Eight», comentó, al recordar la compra de una fábrica de rodaballo en 2012 en Portugal, para su transformación a planta de lenguados.
«Poco sabíamos entonces que el lenguado no tenía nada que ver y que la tecnología que habíamos adquirido de recirculación del agua simplemente no funcionaba», recordó Centeno. «Hemos tenido, por una parte, que reinventar un sistema de recirculación del agua y al mismo tiempo domesticar una nueva especie marina como es el lenguado y esta planta de La Figal es el resultado de muchos años de trabajo, de muchos tropiezos y de muchas noches sin dormir», compartió.
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El presidente del grupo propietario aseguró que «tenemos grandes planes para ampliar La Figar y la ambición de convertirnos en líderes mundiales, porque el mundo necesita lenguado y nuestra fe en la acuicultura RAS -el sistema de recirculación del agua en tierra firme- y en nuestro equipo humano es mayor que nunca».
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