La playa, punto de encuentro

La alegría en la Escalerona de la playa de San Lorenzo la pone el grupo un grupo que desde hace aproximadamente una década se reúne en ese lugar del arenal para disfrutar del sol y de la compañía. «Venimos todas los años, para nosotros es muy importante reunirnos aquí, somos una gran familia», dicen Falina Mesa, Nery Sánchez, Gely González, Marisa Álvarez y Adolfo 'Rodri' Rodríguez. Ellos son parte de un grupo mayor que incluye a ovetenses y madrileños.

La pandemia no ha acabado con sus costumbres, la playa es su punto de encuentro esencial durante el verano. El buen humor, los sobrenombres irónicos y las anécdotas forman parte de las conversaciones en la arena, junto a la mar.

«Somos las ondinas de la Escalerona», mantiene Geli González para referirse al grupo de amigas que toman el sol desde sus sillas de playa. Mientras Falina Mesa, que reside frente de la playa, es considerada la «terrateniente» porque «desde mi casa lo controlo todo», comenta entre risas.

En este grupo playero hay algunos afectados por el cierre de los centros sociales. Una de ellas es Mesa, quien acudía a sus clases de taichí en las instalaciones de Gijón Centro, en el Mercado de San Agustín, hasta el anuncio del cierre definitivo, justo antes del estado de alarma por la crisis sanitaria de la COVID-19. «Es una vergüenza que lo hayan cerrado, daba mucha vida a mucha gente. Yo iba a ver actuaciones, a clases de informática, a baile, también fui a taichí hasta que cerraron», detalló esta usuaria. «Es algo que hace falta para muchas personas que a los cursos y a comer ahí», agregó.

Carmen Antuña también se reúne en la playa con dos amigas. Este es su primer verano como jubilada y lo disfruta sin temor a pesar de la pandemia del coronavirus.

«Haremos lo posible para que no nos toque, tampoco se puede vivir con miedo», reconoce. Ella ha observado que las personas mayores acuden a la playa temprano, algunas en grupos, aunque ve menos que antes. «Hay mucho miedo todavía, se nota también en las cafeterías a las que antes iba mucha gente mayor», concluye.