El problema de la vivienda
EL COMERCIO denunció que en Gijón había muchas casas de una o dos plantas, pero pocos bloques de pisos, y excesivamente caros.
Lunes, 9 de enero 2023, 00:13
Si algo quedaba claro era que para ser feliz había que tener... casa. Decíamos, hace 75 años, que también por tener «familias fuertes, bien avenidas, ... entregadas a esa íntima comunión de afectos que surge de la constante comunicación en alegrías y penas» era necesario que el problema de la vivienda en Gijón desapareciera. Ocurría que en la ciudad había «millares y millares de obreros, de empleados modestos, incluso de jóvenes matrimonios que viven poco menos que sin hogar, en un verdadero hacinamiento de seres en el que se dan los más lamentables casos de promiscuidad de sexos, edades y familias». Gijón crecía en almas, bien por el nacimiento de niños, bien por el establecimiento de emigrantes de fuera o de dentro de España en la ciudad, pero la construcción de viviendas no iba a la zaga.
Así estábamos. «El número de licencias para la construcción concedidas por nuestro municipio en 1946», decía EL COMERCIO, «superó en más de un centenar a las del año 1945» y, sin embargo, en 1947 el consecuente aumento correspondía a obras en las aldeas del concejo. Las nuevas construcciones eran, a saber, 134 casas de planta baja; 32 aumentos de pisos, 31 casas de un solo piso; 16, con dos pisos; solo ocho con seis y apenas una y una de siete y de ocho plantas. «Se han hecho más chalets», explicábamos, «sobre todo de tipo modesto y buscando esa zona del Coto de San Nicolás en la que, con la demanda, el precio subió escandalosamente».
Había casas, pero se abandonaba la pavimentación; las calles presentaban un trazado de locura y, en general, la gente seguía sin acceso a una vivienda digna. «La Obra Sindical del Hogar sigue en su proyecto, que por desgracia avanza poco, se prepara algo por el Ayuntamiento, pero muy poco en relación con lo que Gijón necesita». Por entonces andábamos en los 105.000 habitantes y las rentas, denunciábamos, eran en exceso caras. «En las construcciones de Jove se cree que no podrá fijarse a cada vivienda familiar menos de 175 pesetas de renta mensual». Un alquiler imposible de pagar con los jornales más modestos, que eran la mayoría. Ayer como hoy.
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