«Lo quería como si fuera mi hijo, nunca le hice daño», dice el detenido por la muerte del bebé

En libertad. El hombre detenido por su presunta relación en la muerte del hijo de su compañera sentimental quedó ayer en libertad provisional después de que la jueza de guardia no apreciase pruebas incriminatorias concluyentes. Abandonó los calabozos del Palacio de Justicia con un ataque de ansiedad y abrazado a un osito de peluche. Previamente, había declarado ante la magistrada del juzgado de Instrucción número 4 que no tenía nada que ver en la muerte del bebé de 23 meses y que en ningún caso le había puesto la mano encima ni infligido malos tratos. «Lo quería como si fuera mi hijo, nunca le hice daño», dijo entre lágrimas en el juzgado.

La jueza fijó como medidas obligatorias que se persone en el juzgado a diario y la prohibición de abandonar el territorio español hasta que avance la instrucción. «En principio, sigue unido a las diligencias», señalaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.

Tras escuchar la declaración del arrestado y revisar las pruebas, la fiscalía había solicitado su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza, al considerar que «existen indicios que apuntan a que el detenido podría ser autor de los hechos y, dada la gravedad de los mismos, se solicita su ingreso en prisión provisional para evitar que pueda sustraerse a la acción de la Justicia». Finalmente, la jueza de guardia emitió un auto de libertad provisional. La instrucción se llevará a cabo en el juzgado de Instrucción número 3, que era el que estaba de guardia el domingo, día de la defunción del menor.

Según ha podido saber EL COMERCIO, los facultativos médicos determinaron que el niño presentaba lesiones craneoencefálicas y oculares compatibles con el 'síndrome del zarandeo', provocado por la aceleración y desaceleración de la cabeza de forma brusca. Se trata de uno de los signos de maltrato infantil más habitual y en la mayoría de ocasiones causa lesiones cerebrales de extrema gravedad e irreversibles. Fue el caso del pequeño, que quedó inconsciente el jueves por la mañana y fue trasladado en ambulancia al Hospital de Cabueñes. Desde allí, lo derivaron de forma inmediata al HUCA, donde falleció el domingo.

Había pasado la noche en casa con su madre y el novio de esta después de regresar el miércoles de una estancia de varios días con su progenitor, según el régimen de visitas establecido. Se habían separado nada más nacer el niño e incluso el padre había tenido una orden de alejamiento y comunicación hacia la madre del pequeño después de que esta la denunciase por un delito de malos tratos.

Fue hace aproximadamente ocho meses cuando la mujer empezó una nueva relación con el detenido. «Estaba contenta después de pasar por un calvario, ahora empezaba a rehacer su vida y estaba feliz con el niño y con su pareja...», afirma su entorno. La propia madre del bebé exculpó ante la Policía a su novio de cualquier responsabilidad con lo ocurrido. Aseguró que lo trataba como si fuera un hijo suyo y que nunca había visto un mal gesto o una mala palabra de este con el menor.

Asimismo, relató la complicada relación que mantuvo con su expareja y los malos tratos a los que, supuestamente, la tenía sometida. Ella recibe desde hace tiempo atención en el Centro de Atención a la Mujer (CAM).

El padre del pequeño fallecido se ha personado en el procedimiento como acusación particular. La fase de instrucción avanzará con la solicitud de nuevas pruebas y con las declaraciones en los juzgados de los dos progenitores, los abuelos y todos aquellos familiares y amigos que tuvieron contacto con el niño los días previos a su deceso.

A esas pruebas se sumará el informe definitivo del forense y de los facultativos médicos que lo atendieron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Fueron ellos los que alertaron al juzgado de guardia de Oviedo (que más tarde se inhibiría en favor del de Gijón, donde ocurrieron los hechos) dado que las graves lesiones neurológicas que presentaba eran compatibles con haber sufrido malos tratos.

En 2014, un bebé de tres meses falleció por causas similares en un domicilio de la calle Elduayen, en La Calzada. Su madre fue condenada a 17 años de cárcel por haber matado a su hijo y provocar lesiones al mellizo. En esa ocasión, el fallecimiento también fue derivado por el síndrome del zarandeo, que puede provocar la muerte en niños de hasta tres años de edad debido a la inmadurez neurológica que presentan y que los hace altamente vulnerables a los movimientos bruscos y reiterados.