«No quiero vivir, necesito dejar de sufrir»
Llamadas de auxilio. En el Teléfono de la Esperanza se atienden a diario unas 25 llamadas. La pandemia ha aumentado el número; hablar evita muchos suicidios
SUSANA D. TEJEDOR
Lunes, 12 de abril 2021, 00:21
No quiero vivir», «necesito dejar de sufrir». Estas son algunas de las frases que se repiten con mucha más frecuencia en el último año al otro lado del hilo del Teléfono de la Esperanza, pero lejos de ser una mala noticia, es un buen indicio. Las llamadas en demanda de ayuda derivadas de conductas suicidas se han incrementado durante la pandemia hasta un 30% en Asturias. En Gijón, se atiende un 20% de ellas. Y hablar puede evitar que la persona con problemas tome la decisión de suicidarse. Entre el 13 de marzo de 2020 y 13 de marzo de 2021, se cursaron 231 llamadas de personas que aseguraban que ya no podían más y que querían acabar con su vida. En el mismo período del año anterior, es decir antes de la pandemia, las llamadas registradas fueron 174. Además, hay un 33% más de peticiones de ayuda de otra índole sin ese cariz de desesperación. Igualmente, hay datos que avalan que las personas buscan cada vez más hablar, sin necesidad de pedir ayuda, simplemente para mitigar la soledad, un sentimiento que está presente en un 85% de las llamadas. Así, el año de pandemia se han contabilizado 8.936 llamadas; en el mismo período, el año anterior el número bajó hasta las 7.369 llamadas. Estos son algunos de los datos que constatan responsables del Teléfono de la Esperanza en la ciudad, que aseguran que la ansiedad, preocupación e incertidumbre han aumentado. «Es un buen síntoma porque las llamadas de auxilio han contribuido a un descenso en el número de suicidios o de intentos».
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En Gijón, 20 voluntarios ayudan a mitigar el sufrimiento de muchas personas, «un elemento común a todos los que acuden a nosotros. Da igual clase social o sexo esto es lo que une». Lo dice la psicóloga Rosa de Arquer, máster en Prevención de Conductas Suicidas, que atiende en la sede de Gijón y que forma parte de un equipo de 15 profesionales de ayuda especializada en el Teléfono de la Esperanza de Asturias.
«Las personas que persiguen acabar con su vida no son marginales como se cree sino de todos los ámbitos sociales. Aparentemente, los ves bien, con una vida completa», pero a todos les une algo: el sufrimiento.
El Teléfono de la Esperanza es un servicio gratuito, de apoyo que acaba de cumplir 50 años. Funciona las 24 horas del día y cuenta con profesionales de distintos ámbitos que ayudan a muchos ciudadanos que atraviesan por momentos complicados que no son capaces de gestionar. Cada día se recibe una media de 25 llamadas y cada una de ellas ronda los veinte minutos. En los últimos tiempos ha aumentado el número de hombres que pide ayuda, aunque sigue siendo menor que el de mujeres: un 32 % frente a un 68% de las peticiones de auxilio femeninas.
El 27 de marzo fue el Día de la Escucha, una jornada que recuerda la importancia de una labor que puede conseguir que una persona remonte una situación límite. Se trata de escucharles. Una charla puede cambiar toda una vida. Desgraciadamente, «son muchas las personas que deciden acabar con todo porque ya no soportan más dolor». Pero al otro lado del teléfono unas palabras pueden cambiarlo todo.
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