Los ritmos de la autoridad
El gran número de implicados en la reyerta en la 'ruta de los vinos' enlentecía la justicia, que tardó varios días en conocer los agresores
Viernes, 30 de diciembre 2022, 00:32
Llovía sobre mojado. El aumento de las reyertas callejeras no era, a finales del 97, un asunto fácil de resolver. Menos aún en lo que ... giraba en torno a la última pelea multitudinaria ocurrida en la 'ruta de los vinos', durante la madrugada del 21 de diciembre y en la que, nueve días después, aún no se contabilizaba ni un solo acusado. La causa, aseguraba la justicia, residía en el elevado número de implicados, pero 'piano piano' iba resolviéndose. Anunciaba EL COMERCIO ahora, en su página once, que la lista de agresores había sido, por fin, perfilada, después de que el juez recibiera la versión de la víctima, «después de haber pasado varios días en la UVI del Hospital Central de Asturias, en Oviedo, donde fue atendido de una herida abierta en uno de sus pulmones».
Habían participado de la bronca al menos diez jóvenes de entre 17 y 20 años. Según la víctima, todo ocurrió mientras él y cuatro amigos jugaban a las cartas en un bar de la 'ruta'. «En un momento dado, un joven de la pandilla de agresores consideró que lo habían empujado, por lo que intentó iniciar una pelea». Una hora después, cuando uno de los jugadores decidió irse a su casa, se topó con que el grupo rival, de diez personas, «le estaban esperando, armados con navajas y guantes americanos». Eran cinco contra diez, y estos últimos, al parecer, duchos con las armas. «I. M. E.», la víctima más grave, «aseguró que fue cubierto por una cazadora y que solo veía pies que le golpeaban hasta que sintió la puñalada que le dejó inconsciente».
Baldomero Araujo, el comisario jefe al cargo, defendería, más de una semana después, que las autoridades querían ser extremadamente cuidadosas al respecto, «ya que son muchos los implicados y, al principio, no estaba muy claro quién había sido el autor material del apuñalamiento, contra el que se presentará el cargo más elevado». Salía así al paso del descontento de las familias de las víctimas, que se quejaban de un ralentí de la justicia bastante peligroso: el fin de semana anterior, uno de los agredidos había vuelto a cruzarse con uno del grupo agresor en un bar de Somió. Poco cuidado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
