El Sporting ultima un nuevo convenio de Mareo tras perder la preferencia de compra

El Sporting renunció a su opción de recompra de Mareo, después de que en 2001 las instalaciones fueran adquiridas por el Ayuntamiento de Gijón en 9,16 millones de euros (más otros tres millones por las marcas) para salvar al club de la quiebra. Pero es que también ha perdido su derecho a preferencia en el caso de que se pongan a la venta los terrenos. Ahora, la única posibilidad de transacción es mediante un concurso público al que, en teoría, se podría presentar cualquier interesado. Eso sí, habría de tener en cuenta varios aspectos que no son poco importantes. Por un lado está el hecho de que el Sporting tiene un contrato de arrendamiento de Mareo por el que paga un canon anual de 70.000 euros. Además, el grupo Orlegi quiere prorrogarlo hasta 2042 con una subida del canon, con lo que cualquier postor (ante la posibilidad de una futura recalificación del suelo, por ejemplo, para poder construir) habría de tener en cuenta que el único rendimiento que podría sacar de los terrenos sería la cantidad que se fije como nuevo canon con el Ayuntamiento.

En realidad, fue el propio club el que el año pasado dejó a propósito perder esa preferencia de compra, ya que de lo contrario tendría que hacerse con la Escuela de Fútbol de Mareo a unos precios muy por encima del mercado actual, ya que cuando se formalizó la compra por parte del Ayuntamiento se establecían una serie de subidas anuales del valor de las instalaciones que disparaban el precio a más de trece millones de euros, una cantidad muy superior, por ejemplo, a lo que le costaría a la entidad construir una escuela de fútbol completamente nueva de la zona de La Camocha.

El Sporting no quería pagar de más. Una tasación particular establecía el valor de Mareo en unos ocho millones de euros, una cantidad sensiblemente inferior a la abonada por el Ayuntamiento. Pero el club quería devolver a las arcas municipales al menos la cantidad que había aportado para salvar económicamente a los rojiblancos. Descartadas las tasaciones oficiales, comenzó una negociación directa entre los responsables de la entidad con los del equipo de gobierno municipal, que estaba predispuesto a llegar a un acuerdo. Y ese acuerdo llegó a principios de este mismo año, cuando se cerró el precio de recompra en 10,3 millones de euros. Pero la operación no se llegó a materializar al entrar en escena los mexicanos del grupo Orlegi.

La realidad, según explicaron las fuentes consultadas por este periódico, la posibilidad de que un tercero pueda adquirir Mareo va a existir siempre, una vez caducada la opción de recompra preferente. Pero también hay que tener en cuenta las condiciones en las que esa hipotética venta de los terrenos se saquen a concurso público, ya que se pueden establecer parámetros restrictivos para que solo se puedan presentar determinado tipo de entidades, como pueden ser restringiendo la venta a las entidades deportivas. Además, hay que recordar que existe ese contrato de arrendamiento por lo que, según se explicó a este periódico, «es difícil que te echen».

Por el momento, el Sporting solo ha recomprado sus marcas. Lo hizo en 2019, tras pagar 3,7 millones de euros, y parece ser que la intención de Orlegi es no hacerse con Mareo, al menos, hasta que el equipo no ascienda a la Primera División.

Como quedó dicho, el club no ha presentado proyecto ni petición de licencia de obras en el Ayuntamiento de Gijón, pero está decidido a iniciar en breve una serie de obras para reformar Mareo, con la ampliación del edificio central aprovechando la zona de la pista de futbito y del aparcamiento. De esa manera se ganará espacio para el gimnasio y la clínica. También se plantea embellecer esa misma parte del edificio, que es por la que los jugadores acceden a los vestuarios desde el aparcamiento.

Esa es la idea inicial, pero los rectores de la entidad están a la espera de que los diferentes departamentos del club aporten sus necesidades para ver si es posible incluirlas en el proyecto que se pretende desarrollar. Eso sí, uno de los objetivos es afectar lo menos posible a la actividad deportiva.

En el Ayuntamiento de Gijón están a la espera recibir alguna comunicación por parte de los responsables sportinguistas, ya que lo que saben es lo que ha aparecido publicado. De cualquier modo, parece que posibles ampliaciones y techado de canchas, como se pretende, podrían tener algunos problemas al tratarse de una zona rural.