«No podemos ni abrir las ventanas»
Los inquilinos de las viviendas de Vipasa en Cimavilla respaldan la solicitud del Consistorio de asumir la gestión
MARIO ÁLVAREZ
GIJÓN.
Miércoles, 17 de febrero 2021, 19:25
«Esperanza». Ha sido la palabra más repetida por los vecinos de Cimavilla que viven en pisos de Vipasa de la calle Vicaría, al ... enterarse de las gestiones que mantiene el Consistorio gijonés para asumir la gestión de estas viviendas, tal y como adelantó la alcaldesa Ana González. Ellos habían denunciado previamente el «total abandono» en el que se sentían bajo la jurisdicción del órgano regional. «No podemos ni abrir las ventanas», comentaba ayer Lara Conde, en alusión a la extrema dificultad para poder ventilar su cuarto debido a las humedades que han dilatado la madera hasta el punto de imposibilitar la apertura parcial o total de varias ventanas del domicilio.
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«Dejamos las puertas abiertas e intentamos usar como ventilación aquellas que todavía pueden abrir», explicó sobre lo que calificó en cualquier caso como «un apaño» que no garantiza la correcta ventilación del hogar. A sus 20 años, está al tanto de los continuos contactos de sus padres con Vipasa para buscar una solución que tardará en llegar. «Normalmente no hay respuesta. Cuando la hay, nos prometen que en un plazo razonable de tiempo acudirán a la vivienda para reestablecer los desperfectos. Ese plazo ya ha superado el año y ahora nos advirtieron de que no se producirá la reparación hasta el verano», señaló Conde, quien confía en que «los plazos se aceleren al ser el Ayuntamiento quien lo gestione».
Con optimismo también ha recibido esta expectativa Verónica Enríquez «porque los desperfectos son tan evidentes que se observan desde la calle», en alusión a las grietas de la fachada exterior que provocan inundaciones en el edificio. «Los días de lluvia abundante son sinónimo de problemas y esa circunstancia, en nuestra región, supone una incomodidad constante».
Un margen de confianza
Además, comentó que la cerradura del portal está rota desde hace mucho tiempo y cualquiera puede entrar en el portal, lo que produce inseguridad entre los vecinos». El hecho de que el Ayuntamiento pueda asumir la gestión no le garantiza que la vivienda se adecúe pero, «al menos, habrá que darle un margen de confianza». De hecho, esperará a valorar los resultados, pero descartó que hubiese cualquier alternativa posible a un cambio de gestor: «Vipasa no tenía ningún interés. Con fórmulas educadas y sutiles, nos acusaban de los deterioros y querían que asumiésemos todos los gastos de las reparaciones».
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Lo mismo le sucedió a Ico González. Tras más de 30 años viviendo en esos pisos, ha ido acondicionando la vivienda para mantener el confort. «Pago poco más de 100 euros al mes de alquiler, incluyendo los gastos de comunidad. Comprendo que tenga que asumir las reformas, pero el principal problema radica en que Vipasa ni siquera proporciona un mínimo», matizó en alusión a las humedades que deterioran la vivienda, en condiciones de insalubridad. «La presencia de moho, algunas goteras y los problemas con las tuberías resultan inaceptables», enumeró Ico González, quien añadió los electrodomésticos al listado tras haber tenido que cambiarlos todos. «Lo hice a lo largo de los años tras haber ahorrado y porque tenía margen para ello. Al principio, cuando uno llega, tiene problemas hasta para calentarse un vaso de leche», confesó tras recordar que «hay ciertos niveles básicos de obligado cumplimiento por el mero hecho de ser personas». Ahora aguardan por las ansiadas mejoras.
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