Borrar
¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO

Cuba, entre Obama y los Rolling Stones

Periodista de la televisión cubana y descendiente de asturianos de Llanera, analiza para EL COMERCIO los trascendentales momentos vividos en la isla, de los que ha sido testigo directo

loly estévez

Lunes, 28 de marzo 2016, 10:04

De Domingo de Ramos a Viernes Santo: Cuba entre Obama y los Rolling Stones. Sin la pasión de Sevilla y en medio de la atareada mañana dominical de cualquier cubano, muchos de mis compatriotas fueron a la iglesia a buscar una ramita de lo que en esta isla se conoce por «guano bendito»: lo llevaron a casa como garantía de protección divina. Ellos forman parte de un pueblo que en su mayoría centró su atención el 20 de marzo en las imágenes de la llegada a La Habana del primer presidente norteamericano en los últimos 88 años. Su familia, 40 congresistas, el secretario de estado y empresarios son la parte visible de un despliegue mucho más numeroso.

Hasta aquí, nada sorprendente para un país acostumbrado a grandes movilizaciones y protocolos para visitantes tan variopintos e ilustres en su momento como el primer cosmonauta del mundo Yuri Gagarin, los ex dirigentes soviéticos Leonid Brezhnev y Mijail Gorbachov, el mandatario chileno Salvador Allende, el ex presidente norteamericano James Carter, el metropolita de la iglesia Ortodoxa Rusa o los tres últimos Papas, por sólo citar algunos ejemplos.

¿Cuál es la diferencia con lo acontecido del 20 al 22 de marzo de 2016? Posibles respuestas: que los alguna vez llamados enemigos irreconciliables estén buscando reconciliación; que un presidente de los Estados Unidos afirme que el bloqueo terminará; que bajo el gobierno de Fidel y Raúl Castro se divulgue por la televisión oficial el elogio del representante por excelencia del capitalismo a cubanos a quienes considera seguidores del paradigma clásico norteño del self made man; que lleguen en vivo y en directo frases como : «El futuro de Cuba tiene que estar en la manos del pueblo cubano»; «Todas las personas deben tener el mismo peso ante la ley y que los ciudadanos tengan el derecho a libertad de expresión y criticar a sus gobiernos()» y «Yo creo en el pueblo cubano».

Obama también dijo «Cultivo una rosa blanca». Se trata del poema número XXXIX del libro Versos sencillos, publicado por José Martí en 1891, cuando vivía en Nueva York. El mandatario visitante sólo mencionó el primer verso porque sabe que todo cubano conoce el resto: «Cultivo una rosa blanca en junio como enero para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni ortiga cultivo; cultivo la rosa blanca».

Obama no mencionó al Martí que habló del monstruo (Estados Unidos y su ambición imperial), que dijo conocerlo porque vivió en sus entrañas y se pronunció por impedir que Cuba cayera bajo su poderío. Creo que lo más significativo fue la puesta en escena para ganar simpatía entre los más diversos sectores de la población. La antipatía es pecado mortal entre los cubanos, no por gusto el lema implantado por Martínez el fundador de la mítica Bodeguita del Medio de la Habana Vieja fue el de «Cargue con su pesao» (pesado o antipático en el español de Cuba).

Elogioso de los moros y cristianos que comió y de los emprendedores cubanos en Miami y en La Habana; declarando confianza en el pueblo de la mayor de las Antillas; mencionando a figuras de la música no divulgadas por las emisoras nacionales como Celia Cruz o la descendiente de asturianos Gloria Estefan; y preparando el terreno al protagonizar un diálogo con el personaje del programa humorístico más popular de la Televisión Cubana y negociar su transmisión por el principal canal del medio estatal en la noche del sábado 19; usando frases como «no es fácil» o «qué volá» (el saludo más empleado entre los cubanos), dio pruebas de que el asunto ha pasado a un terreno más sutil calificado como guerra cultural.

Algunos están preocupados por la nueva manera, otros, como el reconocido estudioso cubano Rafael Hernández, ha escrito: «Me pregunto si los asesores de John Kerry y de Ben Rhodes entienden bien, en primer lugar, lo muy norteamericanos, culturalmente hablando, que somos los cubanos, más allá de edades, grupos sociales, géneros, colores y gustos ideológicos».

No pueden obviarse la escasa distancia geográfica, los obreros tabaqueros cubanos en Tampa y Cayo Hueso en el siglo XIX, la intervención militar y posterior presencia norteamericana en Cuba durante el siglo XX, la elevada proporción de series y películas estadounidenses que durante décadas ha transmitido la TV Cubana (paradójicamente, el bloqueo le permite hacerlo sin pagar derechos) y el intenso vínculo con los millones de cubanos y sus descendientes que residen en Estados Unidos.

Los modos y costumbres de USA no son ajenos a la sociedad cubana, tampoco lo son sus métodos de hacer prevalecer su hegemonía. Ni siquiera han analizado la posibilidad de devolver a Cuba el territorio ilegalmente ocupado en la provincia de Guantánamo por una base naval.

Son muchas las interrogantes que deja la visita de Obama a La Habana. Concluyo estas líneas cuando el Air Force One despega rumbo a Argentina. Aún vociferan los fanáticos que en el habanero estadio del Cerro disfrutan del partido de baseball entre Cuba y el Tampa Bay Rays. Acaban de difundir el mensaje en español de los Rolling Stones: «Hola Cuba, estamos muy felices de tocar para ustedes». Deberá pasar un tiempo antes de alcanzar el distanciamiento indispensable al análisis sereno. En este instante me pregunto si tardarán mucho el sábado de gloria y el domingo de resurrección de la economía cubana y de la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio Cuba, entre Obama y los Rolling Stones

Cuba, entre Obama y los Rolling Stones