La última carrera de Shane Tamura, el futbolista americano convencido de sufrir ETC que mató a cuatro inocentes
De 27 años, el cuádruple asesino de Nueva York fue un «gran compañero de equipo» en secundaria antes de que su estrella se apagara y tenía amplio conocimiento de la encefalopatía crónica; incluso se suicidó del mismo modo que otro jugador en 2021
Miguel Pérez
Martes, 29 de julio 2025, 19:59
Shane Devon Tamura, el autor de los disparos que este lunes mataron a cuatro personas en un rascacielos de Nueva York, carecía de notoriedad pública, ... apenas tenía presencia en las redes sociales y hasta ahora, que se sepa, nadie le hubiera relacionado con una explosión de violencia asesina. Que se sepa. Porque el FBI y la Policía han iniciado una exhaustiva operación para determinar qué le llevo a asaltar un edificio de 44 plantas en Manhattan y dejar un rastro trágico con cuatro víctimas sin conexión alguna entre sí.
Publicidad
La hipótesis más fiable hasta ahora es que Tamura quería vengarse de la Liga Profesional de Fútbol Americano (NFL), cuya sede se encuentra en el 345 de Park Avenue. Solo que se equivoco de ascensor y subió a una planta diferente después de asesinar a un policía y dos empleados en el vestíbulo. Al llegar al piso 33 entró a tiro limpio en las oficinas de una compañía inmobiliaria situada por encima de la NFL. Atrapó a una de sus empleadas. La mató de un disparo. Luego se suicidó en un pasillo al lado de decenas de mesas de oficina vacías.
La Policía ha encontrado tres folios garabateados y doblados en su cartera donde el asesino escribe : «No puedes ir contra la NFL, te aplastarán». En el escrito hace referencia además a Terry Long, antiguo jugador de los Pittsburgh Steelers, a quien diagnosticaron encefalopatía traumática crónica (ETC) después de morir intoxicado en 2005 tras ingerir varios litros de anticongelante.
Los investigadores han confirmado una «dolencia mental documentada» en el historial médico de Shane, aunque todavía este martes no se ha determinado si realmente padece ETC. Este trastorno solo puede diagnosticarse de modo fiable al analizar el cerebro post-.mortem, es decir, en un estudio forense. El trastorno es progresivo, puede causar alteraciones del comportamiento, tendencia a la violencia e incluso, al suicidio. El patrón seguido por Tamura es el mismo que mostaron otros exjugadores profesionales antes que él.
Publicidad
Una larga polémica
La masacre atiza una vez más la polémica sobre la violencia en el deporte y los peligros del fútbol americano. La voz de alarma surgió en 2002, cuando un veterano de los Kansas City Chiefs y los Pittsburgh Steelers, Mike Webster, falleció de un infarto. El examen forense descubrió que padecía encefalopatía traumática crónica, una enfermedad degenerativa provocada fundamentalmente por un impacto súbito y potente como un accidente de tráfico o por golpes continuados en la cabeza.
A partir de ahí, otros estudios han mostrado cómo se ha convertido en un problema frecuente entre los practicantes del fútbol americano. La Liga, de hecho, tuvo que hacer frente a una serie de demandas de profesionales retirados por valor de mil millones de euros. En abril de 2016, un nuevo aviso: el exjugador Philip Adams mató a seis personas en una vivienda de California, entre ellas dos niños de nueve y cinco años, y a continuación se pegó un tiro. La autopsia reveló que su lóbulo central se había convertido en una masa informe por la ETC. Y en 2023, justo antes del inicio de la temporada, la Universidad de Bostón mostró la profundidad del problema: tras estudiar los cerebros de 376 profesionales, halló sintomas en 345.
Publicidad
La cuestión es que Tamura, de 27 años, era un semiprofesional y no llegó a jugar en la gran liga. Ninguno de los grandes equipos parece recordarle. El ETC, sin embargo, se puede generar a partir de golpes frecuentes que un jugador juvenil haya podido recibir en circuitos menos duros. Él fue una joven promesa del fútbol durante los estudios secundarios. También es probable que Shane sufriera otro tipo de alteración mental, pero se hubiera obsesionado estudiando los casos de decenas de prácticantes de fútbol americano, rugby e incluso fútbol europeo fallecidos en los últimos veinte años aquejados de encefalopatía crónica.
«Cuando lo conocí, era un gran compañero de equipo. No causaba ningún problema, ni en el vestuario ni en el campo. Simplemente era un chico que disfrutaba mucho del deporte», ha dicho este martes un antiguo amigo del instituto a la cadena KABC, afiliada de CNN. Este tipo de opiniones es una constante entre aquellos que le conocieron y han hablado en las últimas horas ante los medios. «Nadie se hubiera imaginado jamás que podría llegar a este nivel de violencia. De hecho, no era el tipo de estudiante que se enfadase», ha señalado otro antiguo colega de aula.
Publicidad
La Policía ha encontrado en su coche, un BMW negro matriculado en Nevada, una pistola y la funda del fusil de asalto con la que cometió la masacre. Tambíen ha locaizado la licencia de armas expedida en Las Vegas y que caduca en 2027. Tamura había trabajado como vigilante de seguridad en un casino, según le dijo a un amigo. Algunas fuentes consideran que es entonces cuando solicitó el permiso de armas. Se desvanece la posibilidad e que tuviera ayuda en el asalto. «Creemos que actuó solo», ha confirmado la comisionada del Departamento de Policía de Nueva York, Jessica Tisch.
Una posible réplica
Los analistas del FBI han comenzado a estudiar su perfil, si dejó en algún momento en internet advertencias de sus intenciones o hizo algún comentario atípico a sus conocidos. Antes de llegar a Manhattan realizó un viaje de miles de kilómetros en los que cruzó tres Estados en menos de tres días. En ningún momento del largo trayecto se dio la vuelta. Viajó desde Las Vegas para detenerse ante el 345 de Park Avenue. Los agentes están convencidos de que, cuando salió de la ciudad del juego, ya tenía decidida su acción y que no saldría vivo de ella. Investigan si el sesino tuvo relación alguna con estas oficinas de Nueva York.
Publicidad
Al FBI le ha llamado la atención que, en su mensaje de despedida, solicitara que se estudie su cerebro como parte de la investigación clínica de la ETC. Se disparó en el corazón para evitar que la cabeza quedara destrozada. Los agentes creen, en ese sentido, que Tamura pudo haber estudiado minuciosamente otros muchos casos de encelopatía traumática crónica en estos últimos años e incluso replicar su final. David Duerson, de los Grizzly de Chicago, se quitó la vida en febrero de 2011 tras pegarse un tiro en el pecho y dejar el siguiente mensaje: «Por favor, asegurense de que mi cerebro sea entregado al banco de cerebros de la NFL».
Tamura había perdido contacto con muchos de sus antiguos amigos y compañeros de equipo. Estudió en el Golden Valley High School en Santa Clarita (California), y más tarde en el centro de secundaria de Granada Hills, en Los Ángeles. Destacó como running back. Su velocidad –«nunca vi a alguien más rápido que él», dijo este martes un compañero de banquillo– le confería una especial capacidad como jugador de ataque, Llegó a sus considerado una promesa deportiva con solo 16 años, pese a que él no parecía darle importancia s una posible futura carrera en la NFL.
Noticia Patrocinada
«Los demás le trataban más como una estrella de lo que él mismo se consideraba. Pero era muy bueno. Lo único que puedo pensar es que hubo un punto en el que parecía que el cielo era el límite, y luego ya no lo fue. Puede que estuviera destinado a alcanzar la grandeza, pero ésta no llegó», ha señalado un antiguo compañero de clase, que se reencontró con Tamura hace unos meses a través de las redes sociales. «Todo lo que decía era una broma», recordaba. Hasta el lunes, cuando todo cambió.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión