La moción de censura planea sobre Bayrou por su radical plan de recortes sociales
La oposición considera «inaceptable» el ajuste de 44.000 millones en las cuentas de 2026 mientras Macron alabael «coraje» del primer ministro francés
El primer ministro francés, François Bayrou, ha conseguido poner a toda la oposición y los sindicatos en su contra. El proyecto de ley que propone ... un recorte histórico en el gasto social y sanitario superior a 35.000 millones de euros, la congelación de las pensiones y un radical descenso en el empleo público han provocado un fuerte impacto en la sociedad gala que le coloca al borde de una nueva moción de censura. Desde La Francia Insumisa hasta Agrupación Nacional, pasando por los socialistas, recalcaron ayer que no apoyarán el paquete legislativo y podrían someterle al escrutinio del Parlamento, mientras los sindicatos anunciaron movilizaciones masivas.
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Bayrou ha superado ocho mociones de censura en los últimos seis meses. Los suyos tienen una mayoría relativa en la Asamblea. Siempre ha tenido un asidero en otras formaciones –la última fueron los lepenistas– para capear el examen, pero eso podría cambiar ante una oposición unida.
La líder sindical de la Confederación Sindical del Trabajo (CGT), Sophie Binet, consideró que las cuentas para 2026 contribuirán al «empobrecimiento general del país» y aseguró que el proyecto de Bayrou es «peor» que el de su predecesor, destituido en diciembre después de una moción de censura en la Asamblea Nacional por proponer duros recortes sociales.
Binet añadió que la propuesta persigue que los franceses «ganen menos y trabajen más», ya que contempla abolir dos de los once días festivos del calendario laboral. «Y no hablamos de cualquier cosa, hablamos de la abolición del 8 de Mayo, Día de la Victoria contra el Nazismo», destacó. La sindical Fuerza Obrera amenazó, por su parte, con movilizar al sector público en las calles en septiembre.
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El primer ministro aspira a que Francia adopte este año uno de los textos presupuestarios más austeros de las últimas décadas. El responsable del Gobierno detalló el martes su plan para efectuar un ajuste de cerca de 44.000 millones de euros en total en las cuentas públicas del 2026. El ariete de este proyecto es la bajada de más de 35.000 millones en el gasto público.
Su principal objetivo consiste en reducir el elevado déficit público del 5,4% del PIB a finales de este año al 4,6% al cierre del año que viene. «Estamos en la última etapa antes del precipicio y de que nos veamos aplastados por la deuda», dijo durante su comparecencia, en la que adoptó un tono dramático y catastrofista para describir la delicada situación económica de Francia. El país acabó 2024 con un déficit público del 5,8% y su PIB está previsto que crezca este año un raquítico 0,6%. «Nos enfrentamos a una situación que ya sufrieron nuestros vecinos españoles, italianos y griegos. Ahora es nuestra hora de la verdad», añadió.
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A finales de septiembre
El Ejecutivo galo presenta normalmente su proyecto de ley presupuestario a finales de septiembre, pero el primer ministro prefirió esta vez adelantar esas orientaciones para preparar a la opinión pública ante las medidas impopulares que se avecinan. También quiere utilizar el verano para negociar con las oposiciones (izquierda y extrema derecha), que amenazan con censurarlo durante el debate en otoño.
Además del tijeretazo social, otra medida impopular prevista es la congelación de las pensiones y los salarios de los funcionarios; es decir, 2026 se convertiría en un «año en blanco» para los funcionarios y jubilados.
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Emmanuel Macron fue ayer el único líder que defendió a su primer ministro. A su juicio, el proyecto que presentó el martes representa una muestra de «coraje, audacia y lucidez» y retó al resto de los partidos a que «si son más inteligentes para aumentar la actividad y reducir el gasto» y tienen «mejores ideas», que las «presenten porque el primer ministro las aceptará». En una defensa cerrada de Bayrou tanto ante la derecha como, sobre todo, la izquierda, Macron avaló que su estrategia es «sólida, clara y se basa en fundamentos».
Sebastien Chenu, de Agrupación Nacional, denostó el proyecto presupuestario durante una entrevista radiofónica, en la que aseguro que carece de «visión» y es una labor de «bricolaje» llena de «parches». Tanto el partido de ultraderecha como la izquierdista La Francia Insumisa se reafirmaron en su intención de presentar la moción de censura contra Bayrou en cuanto se reabra el periodo de sesiones tras el verano porque sus planes económicos «son inaceptables». «Es una declaración de guerra al mundo del trabajo», afirmó Éric Coquerel, diputado de La Francia Insumisa.
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