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José Andrés, a la izquierda, se fotografió en Adana con parte del equipo de World Central Kitchen. E. C.
José Andrés

«Cuando los humanos se unen para ayudar a otros el mundo puede ser maravilloso»

El chef asturiano José Andrés ya está sobre el terreno para liderar a su equipo de World Central Kitchen en el reparto de comida a los afectados por el terremoto en Turquía

Miguel Rojo

Gijón

Jueves, 9 de febrero 2023, 03:29

Entusiasmo. Lo pone en todo lo que hace y, aunque la situación sea adversa, es capaz de infundir esperanza y movilizar a miles de personas para que se sumen a una causa justa. El chef asturiano José Andrés, propietario de varios restaurantes de éxito en Estados Unidos y socio de otros tantos proyectos empresariales, con miles de empleados a su cargo, bien podría quedarse sentado en el sofá de su casa y ver por la tele lo que sucede en el mundo. Ayer mismo, tenía lugar la apertura de uno de sus «sueños»: un nuevo restaurante The Bazaar by José Andrés en la antigua oficina de correos de Pennsylvania Avenue, en Washington, un espectacular establecimiento ligado al hotel Waldorf Astoria. Pero no, él siempre ha dado un paso al frente. Desde los huracanes de Haití o Nueva Orleans a la guerra de Ucrania, desde la erupción del volcán de La Palma a la situación de desamparo generada en los mismísimos Estados Unidos por la pandemia. Así que escogió volar a Turquía.

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Allí donde puede ayudar, el cocinero de Mieres aparece, consciente del tirón de su imagen pública. Su álbum de fotos empieza a ser propio de un jefe de Estado: con la familia Obama, con Biden, con Zelenski, con António Guterres, con los Reyes de España en Oviedo tras recibir el Premio Princesa... Lo mismo es invitado a los Oscar que al saque de honor de los nacionales de béisbol.

Pero, en cuanto vio lo que sucedía en Siria y Turquía, se puso en camino. Ayer, de madrugada, tras un viaje largo y no exento de dificultades, llegaba por fin a Adana, una de las principales ciudades más cercanas al epicentro del pavoroso terremoto que ha segado miles de vidas y dejado a muchas más personas sin hogar. Desde ese lugar se están coordinando -y trabajan también sin descanso- las ONG y los equipos de rescate. «Aterrizamos a las tres de la madrugada y fuimos a repartir kebabs a un refugio con 150 personas. Ahora iremos a la oficina del alcalde para ver en qué otros lugares podemos repartir comida», explicaba al poco de llegar a la zona cero. Después, su intención era viajar a Hatay, la ciudad quizás más afectada, para ayudar.

Ayer mismo abría sus puertas un nuevo restaurante del cocinero en Washington, pero él prefirió viajar a Turquía

Y, dentro de la tragedia que se vive, José Andrés quiso ver la parte positiva. «Cuando los humanos se unen para ayudar a otros, el mundo puede ser un lugar maravilloso. Repartir amor, no odio», decía para recordar que, «en los peores momentos de la humanidad, lo mejor de la humanidad siempre aparece». Para ejemplificarlo, colgó en sus redes un vídeo en el aeropuerto de Estambul, antes de volar a su destino final. «El avión de Israel aterrizó justo al lado del de Irán», comentaba. Y, mientras esperaba, se deshacía en elogios hacia todo el que se había movilizado para ayudar. Desde los bomberos, voluntarios y miembros de Protección Civil -con algunos de los primeros coincidió en su vuelo a Estambul desde Madrid- a la fragata enviada por el Gobierno español.

«Encima está nevando y está muy frío, así que los aviones tienen que ser descongelados para poder despegar», explicaba mientras esperaba para volar hacia la zona afectada por la tragedia. «El personal del aeropuerto está dándolo todo para ayudar en medio de este desastre», agradecía. Cualquier ayuda siempre es bien recibida. La suya, la de José Andrés, nunca falta.

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