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El tributo floral de Green Park sumaba miles de ramos por todos los rincones. MARIJE AMIEVA

«La Reina era como parte de la familia»

El centro de Londres se llenó estos días de turistas, algunos asturianos, que querían despedir a Isabel II

ANA RANERA

GIJÓN.

Martes, 20 de septiembre 2022, 02:23

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Hace ya doce días que Londres no es la ciudad de siempre. Su caos habitual quedó suspendido en el aire el 8 de septiembre, cuando el fallecimiento de Isabel II se clavó en el corazón de los británicos, para quienes «la Reina era parte de la familia». Así lo cuenta Marije Amieva, periodista asturiana de Arriondas que desde hace diez años vive allí y estos días se encuentra rara en esa calma inesperada que cubre la ciudad. «Es desolador ver las calles sin bullicio», asegura.

Ella este fin de semana se acercó hasta el centro para sentir, allí sí, el multitudinario adiós que le estaban brindando a la monarca. «Vi que más que turistas vinieron muchísimos británicos para rendirle tributo. Incluso vino mucha gente de otros países de la Commonwealth», explica. «Me encontré en el metro con una señora canadiense que venía expresamente para despedir a Isabel II».

Todo es tan excepcional que estos días atrás casi todas las calles de la capital británica estaban «cortadas y hasta los pubs y los supermercados estaban cerrados ayer», señala Amieva. Esta asturiana caminó hasta Green Park para ver el tributo floral y luego fue callejeando hasta Buckingham, «pero cuando encontramos un acceso, había cola también para llegar hasta allí», afirma.

Precisamente para ver ese ambiente, Nerea Arrojo y sus amigas se fueron de viaje el pasado viernes a Londres. «El Día de Asturias estábamos comiendo juntas y hablamos de que, si fallecía, queríamos ir a Londres». Horas después la noticia llegó y planearon el viaje. Aún siguen impresionadas.

«Lo que más nos impactó fue que los sitios importantes como Buckingham y Trafalgar Square estaban vallados por causa de los preparativos», indica. Además, cada esquina estaba repleta de gente. «Sobre todo del viernes al sábado notamos que había muchas más personas en la calle», proseguía.

Nerea, junto a sus amigas, fue caminando por la ribera del Támesis y promete que «la cola era descomunal. Recorría una barbaridad de kilómetros, tantos que hasta había puestos de avituallamiento por el camino para la gente».

Aunque lo que más se vendió estos días fueron souvenirs con la cara de Isabel II. «Había de todo y todos muy caros». Eso es porque Reino Unido es un país sumamente monárquico, en el que confían plenamente en su corona y la admiran. «Incluso al nuevo rey, que no tenía unos niveles de popularidad altos, ya lo defienden y dicen que seguro que lo hará bien», apostilla Amieva.

Habrá que darle tiempo al tiempo para comprobarlo. Por lo pronto, la ciudad empieza ya a dejar atrás varios días de «masificación», en los que se vieron muchas lágrimas, entre quienes siempre apoyaron a la monarca.

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