Asturias celebra un Gordo deportista que vuelve por la puerta grande
La región se lleva 150 millones con el primer premio de Aller, los cuartos de Llanes y Oviedo y el quinto de Nava
M. F. ANTUÑA
GIJÓN.
Viernes, 23 de diciembre 2022, 00:54
Eran las 11.21 minutos cuando el Gordo regresó a Asturias por la puerta grande. Porque si en años anteriores había habido ese goteo que propicia la venta de décimos sueltos por terminal, si había habido alguna consolación escasa y nimia que sabía a poco, ayer, por fin, 15 años después de la última vez en 2007, llegaba a la región una auténtica lluvia de millones gracias a la Lotería de Navidad. Para empezar, porque cayó ese Gordo que viajó por toda España en la administración número 3 de Moreda de Aller y se fue casi de forma íntegra al Club de Atletismo de Mieres. Pero también porque en Oviedo se arañó un décimo de ese 05490 que tanta alegría repartió, porque ya en el tramo final del sorteo llegó uno de los dos cuartos premios, con diez décimos vendidos en Llanes del 25296 y otros dos Oviedo y porque uno los quintos, el 38454, añadió 1,8 millones gracias a los 300 décimos vendidos en Nava. Sumándolo todo, 150 millones de euros.
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Una alegría inmensa, sobre todo en la cuenca del Caudal, que, pese a su gran fortuna, no tuvo tanta como en la vecina Galicia, donde el Gordo fue más generoso. 45 series se vendieron en La Coruña y otras tantas en Fonsagrada (Lugo), dos de las localidades donde se dejó ver y amar un premio que también repartió lo suyo en Barcelona, Almería y Madrid, entre otros lares. En la capital, el asturiano que regenta la administración Elefante Arenal vendió diez décimos del número ganador.
Cuando ese número corto salió del bombo del Teatro Real y lo cantaron Dávalos Durán y Ángel Abaga -inolvidable el «te quiero» que uno le soltó al otro- con sus 400.000 euros al décimo, hacía ya un tiempito que la celebración se había instalado en otros territorios con el segundo. El 04074, más bajo aún, llevó sus 125.000 euros por cada décimo a Puigcerdà, Olot, Mungia y Bilbao. Fue madrugador y salió un poquito después que el primero de los quintos, el 62391, que a las 10.23 estrenaba alegrías en Benidorm y Vilajoyosa (Alicante). Luego irían llegando todos los demás quintos y recorriendo de cabo a rabo todas geografías españolas.
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Pero antes de esos quintos, están el tercero, que en esta ocasión montó una fiesta mayúscula en una empresa tecnológica de Madrid. Ayer tenían el copetín navideño y acabó la cosa en fiestón total con toda la plantilla -salvo excepciones- en posesión del 45250. Ellos solitos se repartieron ese tercero poco amigo de expandirse a razón de 50.000 euros por décimo.
Los cuartos jugaron un doble juego. El 54289 se quedó en exclusiva en Catalayud (Zaragoza) mientras que el 25296 se tornó más viajero y juguetón. Eso sí, ambos repartieron los 20.000 euros al décimo y el segundo se movió por El Espinar (Segovia) y A Illa de Arousa (Pontevedra), dos de las localidades más afortunadas.
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Aquí, allá y acullá, el mismo recital de alegría, de abrazos, de brindis, alguna que otra lágrima. La felicidad que dibuja la buena suerte cada 22 de diciembre con frases para la historia: «Solo hago que llorar y gritar», clamaba la lotera de la administración de lotería número 3 de Moreda de Aller, Laura García, a la que recurrió el club deportivo mierense para comprar su lotería navideña. «Esto ye una alegría porque compramos todos», sostenía Jesús Hevia, el presidente del club tan sorprendido como inmensamente feliz.
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Las historias son múltiples y dispares, pero todas conducen al mismo lugar sonriente y amable. Por mucho que algún premiado reconociera no saber qué hacer con tanto dinero, conducen a la esperanza de una vida mejor y apelan a ese placer que da compartir la alegría con otros, con los vecinos, con los amigos, con la familia. La fortuna compartida es además una apuesta de vida en algunos casos. Como el del quinto premio de Nava. La Asociación de Enfermos de Fibromialgia del Oriente Juntas Podemos, con sede en Villamayor (Infiesto), repartió 1.596.000 euros. Pero ellas además tenían otro premio mayor. Elena Pastor, su presidenta, lo tiene claro: «Somos una asociación pequeña y con este empujón podemos llegar a más gente».
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