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El arquitecto Borja Bordiú en su estudio de la calle Rosal. Pablo Nosti

Fallece Borja Bordiú Cienfuegos-Jovellanos, autor de la rehabilitación de El Termómetro de Oviedo

El prolífico arquitecto, autor del plan parcial de La Florida, murió esta noche a los 73 años

P. Alvear

Oviedo

Jueves, 24 de octubre 2024, 09:34

Borja Bordiú Cienfuegos-Jovellanos falleció esta noche a los 73 años. El arquitecto, autor de la rehabilitación de El Termómetro o del plan director del hotel de la Reconquista, combatió a la enfermedad que le aquejaba con ánimo, ejemplo y fuerza. Porque fuerza, precisamente, nunca le faltó para afrontar la vida y labrarse una prolífica carrera profesional, que no dejó a un lado en ningún momento.

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Aún la semana pasada respondía con amabilidad y vigor a la llamada de este diario a raíz del fallecimiento de su cuñado, Agustín Falcón, quien fuera director general de Carreteras. Recordó la relación de amistad, familiar y laboral que ambos tuvieron -colaboraron juntos en varios planes parciales y en un diseño para el Bulevar de Santullano que fue seleccionado en 2015- con enorme cariño sin dejar entrever que él pronto también se iría.

Directo, locuaz, simpático; en una entrevista con este diario el pasado mes de abril habló de sus 40 años de trayectoria como arquitecto, no evadió ninguna pregunta sobre política o la realidad de Asturias, porque, simplemente, era dueño de su opinión, sin temores.

Reconocido como ingeniero magister arquitecto en Polonia, donde también trabajó, Bordiú nació en 1951 en Cimadevilla, en Gijón. Casado con Carmen Saralegui y padre de dos hijos, siempre estuvo «enamorado» de Oviedo, donde residía y tenía estudio, en la calle Rosal, sin dejar nunca de veranear en la villa de Jovellanos.

Haciendo gala de su sentido del humor, afirmaba que entre sus obras «hay de todo, horribles, menos horribles, feas, menos feas y alguna regular, así de claro». Pero no. De lo que sí sentía orgulloso era de la rehabilitación de El Termómetro porque, justificaba, «se contó con un promotor extraordinario que no puso pegas a nada y se fusiló prácticamente».

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Autor de planeamientos como el de La Florida o de la modificación del planeamiento en Almacenes Industriales, en su haber también figura el plan director del hotel de la Reconquista; aunque advertía que lo que necesita el establecimiento es mucho más: una obra integral, similar a la del San Marcos, en León, y gastar «16 o 20 millones de euros».

Optimista ante la labor del alcalde Alfredo Canteli para el futuro desarrollo de La Vega, proponía, antes de la Ronda Norte, un anillo de circulación en la ciudad para resolver los problemas de tráfico; que no tendrían solución con un gran aparcamiento en La Escandalera.

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«Era una gran profesional, una persona entrañable a la que me unía una sincera amistad», afirmó el regidor tras conocer la noticia.

El arquitecto Damián Fandos, que trabajó mucho con Bordiú, le recordó como «un gran profesional, una de las personas más cultas que he conocido, la persona que más sabía de Asturias y de la arquitectura de la región.». De «excelente trato humano», destacó también que era «muy positivo, una cualidad que te lleva adonde quieras, era innata en él». «Nos deja descolocados, era una bellísima persona». En definitiva, resumió, «era un portento. ¿Qué no hizo Borja en Oviedo?». Espera, por ello, que pronto se le reconozca con una calle.

José Ramón Fernández Molina y Borja Bordiú «eran amigos de la pandilla de Gijón desde los 16 años». «Es un amigo muy antiguo, muy lejano y a la vez muy próximo; hemos ido creciendo como personas muy en paralelo desde el punto de vista profesional, aunque tenemos forma de ver las cosas distintas. Muy buen gestor, sabía ganarse su trabajo muy bien; tenía empatía para captar clientes, era genial, muy brillante». Sobre su obra, insistió en la mayor: «Ha hecho cosas notables. El plan parcial de La Florida es de él y es de lo mejor que tiene Oviedo». De carácter «muy peleón, aportaba una gestión intensa a la hora de hacer un seguimiento de los expedientes en el Ayuntamiento», afirmó el arquitecto.

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Felipe Díaz-Miranda compartió muchos momentos con Borja Bordiú en la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Asturias, en cuyo mandato construyeron el actual edificio. «Lo apreciaba muchísimo», dijo, «teníamos aficiones muy comunes, los dos con una gran biblioteca, él de arquitectura y yo de libros de Asturias; era un gran profesional. Lo siento mucho», agregó el arquitecto.

Hasta el final, Borja Bordiú Cienfuegos-Jovellanos permaneció en activo. Trabajaba en el proyecto de un edificio de viviendas en Marqués de Santa Cruz, diseñdo por Julio Galán, y acababa de firmar la rehabilitación del edificio de Manuel del Busto en la calle Principado. Incansable, deja una huella para siempre en Oviedo.

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