¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO

Gandaya

Vox crece y se alimenta de la inacción del gobierno en torno a problemas tan preocupantes como reales para una ciudadanía que los percibe al margen de su adscripción o simpatías políticas

Cosme Cuenca

Gijón

Viernes, 14 de noviembre 2025, 01:00

Oído al paso de paseo a una parroquiana que le comentaba a una amiga, mirando ambas la obra a punto de remate: «A mí lo ... que no me gusta ye el soportal. No val más que pa gandaya». Vaya, vaya, vaya, la estructura urbana que protege de la lluvia y del exceso de sol cuando lo hay, que propicia el paseo, la charla o la estancia y da carácter específico a determinados ambientes singulares aquí, en Bolonia o en Santiago de Compostela, la primigenia y fundacional 'stoa' griega solo «val, a día de hoy, pa gandaya». Resulta inquietante porque, aplicada la misma lucidez inquisitiva, se nos debe de estar escapando para qué sirven, es decir, qué amenazas latentes esconden, los bancos de los parques, las pérgolas o los estanques.

Publicidad

Pero sería un error tomarlo a broma porque esta actitud, la de la buena señora, más joven que vieja por cierto, contraria al soportal, va a ganar las próximas elecciones. Es decir, va a ser determinante para formar gobierno y cuanto más tarde se convoquen aquellas más habrá crecido la tendencia. Vox se reconoce en el miedo a lo diferente o desconocido pero crece y se alimenta de la inacción del gobierno en torno a problemas tan preocupantes como reales para una ciudadanía que los percibe al margen de su adscripción o simpatías políticas. Dos ejemplos elementales y patentes: la inmigración irregular y las okupaciones. España es país de emigrantes y precisamente por eso distingue la necesaria emigración organizada, de legítimo propósito laboral, de la irrupción descontrolada, consentida por gobernantes a salvo de sus consecuencias indeseables. Y el temor de quedarse sin el piso, con cuya renta se redondean los ingresos mensuales, sueldo o pensión, a causa de la ocupación sobrevenida a partir de una realidad político jurídica confusa es algo que en las grandes ciudades está ya más que arraigado y se extiende por todo el país entre las gentes que se preguntarán por qué en la aplicación de un cierto 'buenismo' no tiene prioridad el titular del derecho en lugar de tenerla quien lo violenta.

Estas inoperancias gubernamentales tienen, además, un efecto secundario oculto: en todas esas prospecciones demoscópicas que acreditan el progresivo crecimiento ininterrumpido de Vox no se expresará, probablemente, toda la realidad de ese crecimiento ante la mala imagen oficial de dicho partido y su concurrencia. Y si te costara creerlo te diré que más me costaba a mí imaginar la condena popular del receptivo soportal. Y ya ves.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad