Gijón hizo suya la máxima de Peter Drucker de que «el mejor modo de predecir el futuro es creándolo». Fue hace 23 años echando a ... andar el que hoy es uno de sus grandes motores económicos: el Parque Científico y Tecnológico, el primero de España impulsado por un Ayuntamiento. Creyó e hizo suyas las ideas de las mentes universitarias aledañas plasmándolas en un plan estratégico que acabó convirtiendo el saber en un recurso superior al del propio capital. Dilatar el crecimiento y la transformación de un entorno que acoge a 200 empresas, por el que se mueven diariamente 5.500 personas, y que favorece la generación y consolidación de talento es ponerle freno al progreso de la ciudad. El primer semestre de 2024 ha de ser clave para seguir impulsando la zona este como símbolo del liderazgo empresarial innovador de la región. Y no se trata de darle continuidad al modelo actual, sino de adaptarlo a las necesidades del mañana, haciendo hueco a las empresas jóvenes con alto potencial de crecimiento y atrayendo a las que, de otro modo, no estarían en Asturias. Ese liderazgo necesita consensos políticos y administrativos, colaboración público-privada, implicación de todos los agentes generadores del conocimiento diferenciador y respaldo social. Se buscan promotores que sepan ver más allá del ladrillo y una sociedad que evite lastrar por un cortoplacismo acomodaticio la generación de oportunidades de la auténtica economía del futuro: la del conocimiento.
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