La pipa de la paz

Pero hacer circulitos con el humo, incluso corazoncitos, no quiere decir que todo esté finiquitado. Porque, oigan, no nos engañemos, cuando hay enfados siempre acaba quedando un poso interior que impide cerrar la herida por completo. Y si, encima, a las heridas hay quienes terceras, y cuartas, y quintas –y así hasta el infinito y más allá– se encargan de echar sal a las mismas, pues no cicatriza ni pa Dios. Por tanto, y por seguir con esto de la amistad, ahora habrá que hacer terapia con las cuchipandis de ambos lados para que todos fumen la pipa de la paz. Difícil será, porque el poso sigue, pero al menos habrá que intentar llevarse todos bien por la cuenta que a unos y otros les trae. Porque eso de sacrificar peones puede estar bien, pero cuando se ataca a la torre todos sabemos que el rey queda desguarnecido.

A Madrid acudió el presidente en AVE y volvió en coche. No piensen que se trata de un acto de rebeldía después de que el Ministerio de Transportes y Retrasos, Argayos e Incumplimientos haya anunciado que no, que los AVLO, los trenes de bajo coste, no llegarán a Asturias hasta después del verano. El presidente decidió regresar en coche para llegar a tiempo a un acto en Gijón. Por cierto, hablando de AVE. Los AVRIL que entran en servicio el martes llegan a Asturias de incógnito. ¿Vendrá el ministro a Asturias a presentar lo que hizo en Galicia anteayer? Dejémoslo en cuarentena.