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En algún lugar del cielo

Jueves, 7 de agosto 2025, 19:01

Hay un lugar común en el mundo del fútbol que todos los equipos comparten. No se hace distinción entre los socios y los que ven ... los partidos desde el salón de su casa solos o con sus amigos. Y tampoco con quienes lo ven desde la euforia del bar y la compañía de sus parroquianos. Porque el único requisito para entrar es la pasión y el amor por el fútbol.

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Este lugar es un rincón de los muchos que tiene el cielo y en el que a mí me gusta pensar que se reagrupan quienes dejan este mundo. Está distribuido en tantas zonas como equipos de fútbol porque hasta allí arriba puede haber conflictos. Me los imagino haciendo la previa bebiendo cervezas y discutiendo del mercado de fichajes mientras esperan que llegue la hora del partido. A la vez que celebran la llegada de un nuevo aficionado al que todavía lloran los que siguen viviendo en el otro lado del muro. Lo más importante de este sitio es que no tiene un límite de socios y permite que viejos amigos vuelvan abrazarse de nuevo y a celebrar los goles de su equipo juntos.

Desde hace unos días, en la zona del Real Oviedo, ha habido una nueva alta que ha estrenado su abono contra el Deportivo. David, Davo para los amigos, ha vuelto a encontrarse con Diamantino, Goyo, Marcos, Recata, Pablo y muchos otros oviedistas que allí ya son veteranos. Es una pena que en su debut el conjunto azul no le haya podido regalar una victoria, pero estoy seguro de que con su sonrisa, y con la de todos los que desde allí arriba animarán esta temporada al Real Oviedo en Primera División, seguirán iluminando el camino del equipo de su vida.

Quizá, gracias a este imaginario que he creado en mi cabeza, vivo con la tranquilidad de que el día que llegue mi hora tendré un hueco en el cielo junto a mis seres queridos y a los amigos que me ha regalado el fútbol. Ojalá sea lo más tarde posible, pero vivir con la certeza de que volveremos a encontrarnos hace más liviano el dolor por los que, desgraciadamente, toca despedirnos. Teñiremos de azul el Valhalla del fútbol, que es donde van los aficionados que nunca abandonaron a su equipo, y volveremos a festejar juntos. Mientras tanto, cada partido en el Tartiere, miraremos al cielo sabiendo que seguimos compartiendo momentos a pesar de la distancia que separa la Tierra del cielo.

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