¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO

La importancia del dinero

A los países muy endeudados, como es el caso de España, que debe más de un billón y medio de euros, la inflación les beneficia, ya que eso devalúa el valor real de la deuda y perjudica a los ciudadanos que tienen liquidez o ahorros

Domingo, 14 de enero 2024, 00:28

Decía una canción española de los años sesenta una verdad de esas atemporales y afirmaba que «tres cosas hay en la vida: Salud, Dinero y ... Amor y el que tenga esas tres cosas que le dé gracias a Dios». El dinero no garantiza ni la salud ni la felicidad, pero su carencia dificulta mucho la vida. Es algo así como el concepto matemático de 'condición necesaria pero no suficiente'. Curiosamente, hay sitios como Bután, ese pequeño país situado a lomos del Himalaya, que pese a ser muy pobre tiene en su Carta Magna el curioso objetivo de que sus ciudadanos sean felices. (Otros garantizan la igualdad ante la ley y violan dicho principio de forma sistemática, o se fingen democráticos y no son más que una corrupta partitocracia).

Publicidad

En cualquier caso, la importancia del dinero es algo que no se discute y al famoso político y científico norteamericano Benjamin Franklin se le atribuyen dos frases muy jugosas. Una dice que «si quieres saber el valor del dinero, intenta pedirlo prestado», y otra que «el que gasta el dinero en lo superfluo pronto carecerá de dinero para lo necesario», frase que es fiel reflejo de la España actual.

El uso de billetes y monedas, desde tiempos inmemoriales, permitió dejar atrás la economía del trueque o de intercambios en especie, facilitando un gran desarrollo comercial y aumentando la utilidad para las dos partes (comprador y vendedor). Pero el dinero en sí mismo no es nada, sólo es un trozo de metal o de papel. Es la confianza en que ese papel o metal van a ser aceptados universalmente como medio de pago lo que les da la valía. Por eso un dólar, un euro o un yen son aceptados mundialmente, mientras que un dólar de Zimbabwe carece de valor, puesto que tiene una inflación extrema. El dinero en sí mismo no vale nada, sólo es útil porque sirve para comprar cosas con él. De hecho, en una isla desierta como la de Robinson Crusoe el dinero no le serviría de nada, porque no tendría nada que comprar ni a quién comprárselo. Es decir, el dinero no tiene valor por sí sólo, salvo excepciones en colecciones numismáticas o por el metal que contienen algunas monedas.

Otra frase ingeniosa de un mito como Keynes dice que «si yo te debo una libra tengo un problema, pero si te debo un millón el problema lo tienes tú». Detrás de esa idea subyace el hecho de que cuando una persona es deudora de una gran cantidad eso suele ir acompañado de un cierto poder de negociación y de un alto potencial económico de capital relacional, mientras que un deudor anónimo que debe una pequeña cifra no suele tener ese respaldo. Visto así, la deuda del Estado español le da un gran poder. (El que no se consuela es porque no quiere). El escritor británico Thomas Fuller acuñó una frase que no tiene desperdicio: «El avaro se roba a sí mismo, el pródigo o gastizo, a sus herederos». Difícil equilibro, como la vida misma.

Publicidad

Según la óptica de la Escuela Económica Marginalista, se admite que la satisfacción que proporciona añadir una unidad de un bien cuando ya se tienen varias unidades del mismo es decreciente. (Comprar un abrigo si ya se tienen cuatro proporciona menos utilidad que si no se tiene ninguno). Es decir, el incentivo para trabajar y ganar más dinero decrece a medida que se gana más y si a eso añadimos la progresividad del IRPF, el desincentivo es aún más patente. En el fondo, esa progresividad fiscal altísima que hay en España, incluso para rentas muy bajas, impide que funcione el ascensor social, ya que resulta casi imposible dar un salto social con el trabajo. Lo que se pretende que sea una medida social, en el fondo es profundamente inmovilista e imposibilita que los pobres dejen de serlo. El ascensor social funciona a base de dos cosas. Por un lado, cuando una persona consigue un buen trabajo y se sacrifica y consigue dinero y, por otro, a través del sistema educativo, cuando una persona de origen humilde, pero que tiene actitud y aptitud, da un salto social y económico. Pero ambas vías están colapsadas o taponadas en España. La primera, por la altísima progresividad fiscal y la segunda por un sistema educativo buenista, que se preocupa de que no se descuelguen los vagones de quienes no quieren esforzarse, perjudicando a quienes sí quieren hacerlo. Los más capaces son sacrificados para defender a los que tienen menos aptitud y menos actitud, lo cual es un disparate que tiene gravísimas consecuencias sociales.

El que fuera Premio Nobel de Economía del año 1976 y líder de la monetarista Escuela de Chicago, Milton Friedman (Nueva York, 1912- San Francisco, 2006) siempre resaltó que hay un impuesto silencioso, llamado inflación, que ataca al valor del dinero. La inflación es corrosiva y disminuye el valor del dinero en efectivo, perjudicando a los pequeños ahorradores y a quienes tienen depósitos bancarios o en efectivo. Y es un impuesto que no se nota. Si a una persona le quitasen el 3% de su dinero en el banco, así, de repente, pondría el grito en el cielo, pero eso es lo que está sucediendo cuando la inflación es del 3% y la gente no lo nota. Además, hay que tener en cuenta que la inflación funciona como el interés compuesto. Es decir, la inflación de un año sirve de base para la inflación del siguiente, con lo cual una inflación mantenida durante una década del 4% anual, no supone un 40% sino que es superior al 48%. A los países muy endeudados, como es el caso de España, que debe más de un billón y medio de euros, la inflación les beneficia, ya que eso devalúa el valor real de esa deuda y perjudica a los ciudadanos que tienen liquidez o ahorros. La inflación beneficia al deudor y perjudica al acreedor.

Publicidad

Para hacerse una idea de la locura que significa el ritmo de endeudamiento del país, cada minuto que pasa aumenta la deuda en 150.000 euros. O sea, que mientras usted ha leído este artículo España habrá aumentado su deuda en un millón de euros por lo menos. Será por dinero... Y seguimos dominando.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad