La rueda cuadrada del mercado laboral español
De los puestos anuales nuevos que surgen en España, el 34% es empleo público. Un colosal disparate, pues en Europa sólo Eslovaquia se acerca, con el 31,9%
Decía el eslogan de aquellos años sesenta de explosión económica y turística de España que 'Spain is diferent' y… Va a ser verdad, pero por ... otras razones, porque el mercado laboral español es totalmente surrealista y distinto al de todos los demás países de nuestro entorno.
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Ya dice la Biblia que «ganarás el pan con el sudor de tu frente», aunque las políticas proteccionistas derivaron en que una parte de la gente gane el pan con el sudor de la frente ajena. Nadie puede negar la evidencia de que es deseable que todo el mundo tenga un buen trabajo y que perciba una remuneración que le permita llevar una vida digna, pero hay 'palos en las ruedas' del mercado de trabajo en España que impiden que eso sea una realidad.
Afirman los premios Nobel de Economía del año 2010, Diamond, Mortensen y Pissarides, que «el mercado laboral indica mucho respecto a la salud económica y social de un país», y hay tres datos en España que nos deberían hacer reflexionar. Son los siguientes:
Aquí somos campeones mundiales de la burocracia y estamos orgullosos de ello
1. Pese a contar con una tasa de paro de las más altas de toda la UE, en España hay actualmente 150.000 empleos pendientes de cubrir, ante la dificultad para encontrar personal que tenga unas características (formación, experiencia...) adecuadas para el puesto de trabajo. No obstante, este problema no es exclusivo de España y parece indicar un desajuste claro en el mundo occidental entre la formación académica que las personas reciben y las necesidades del mercado laboral.
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2. El segundo dato indica que de las vacantes anuales o puestos nuevos que surgen en España, el 34% lo cubre el empleo público. Para hacerse una idea del colosal disparate que esto significa, una comparación con otros países deja las cosas claras. Así, por ejemplo, sólo Eslovaquia, con el 31,9%, anda cerca. La tercera posición la ocupa Letonia con el 22% y Lituania la cuarta con el 16%, la mitad que España. En Suecia, Países Bajos y Bélgica el empleo público sólo absorbe el 7% de las nuevas vacantes , en Polonia el 5%, en Finlandia el 4% y en Alemania sólo el 3%. Mientras que en Portugal o la República Checa el empleo público sólo genera el 1,5% de las nuevas vacantes. Y no es aceptable, en absoluto, el argumento torticero de que aquí somos campeones del estado del bienestar, porque es obvio que países como los nórdicos o Alemania no tienen unos servicios públicos inferiores a España. En esos países, ante la increíble oportunidad que brindan la informática e internet, aprovechan para reducir el peso del empleo en el sector público, manteniendo el mismo nivel de servicios y aligerando el déficit para el ciudadano o destinando esos recursos a áreas como pensiones, sanidad, etc. Aquí somos campeones mundiales de la burocracia y estamos orgullosos de ello.
3. El tercer dato que nos debería hacer reflexionar es que el peso de los menores de 25 años que trabajan sobre el total de los trabajadores es cada vez menor, hasta llegar al extremo de que dicho sector sólo supone el 7,7% del empleo total existente. Para ver una evolución histórica, en el año 2007 el peso de dicho sector en el total del empleo ascendía al 13%, es decir, casi el doble que ahora. En el año 2000 la edad media de un trabajador en España era de 37,5 años y ahora ha subido hasta los 43,5, y el ritmo de envejecimiento aumenta. Hay dos razones que explican esta evolución negativa que hace que la plantilla laboral española esté cada vez más envejecida. La primera es la caída radical que está sufriendo la natalidad en España, una sociedad donde en los parques ya se ven perros en lugar de niños jugando y donde ya no es raro ver en un coche de bebé a canes. Estamos ante una sociedad profundamente enferma, que se está suicidando. La segunda razón es que los estudios cada vez se prolongan más, sin que por ello el nivel formativo sea mayor, de modo que a los veinticinco lo 'normal' es que un joven esté haciendo cursillos, másters, etc., sin haber debutado en el mercado laboral. Existe la creencia de que estamos ante la generación de jóvenes mejor formada de la historia, pero puede que la realidad sea que estamos ante la generación de jóvenes que tienen más títulos, lo cual no es lo mismo.
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En todo caso, el trabajo y su producto es lo que nos hace poder disfrutar de todas las comodidades que tenemos (vivienda, coche, ropa, alimentos, medicamentos, calzado, ocio, etc.) y la empresa es el mejor modo de organización conocido para dar satisfacción a esas necesidades. Y en la empresa hay capital y hay trabajo y, lógicamente, cada uno defiende sus intereses, pero quienes se empeñan en enfrentar a ambas partes de modo irreconciliable, fomentando el odio, son unos irresponsables, porque una parte no es nada sin la otra.
Por último, una reflexión del multimillonario Jay Chaudhry, poseedor de un imperio basado en el negocio de la ciberseguridad, el cual resalta la enorme importancia de realizar un trabajo que despierte nuestra pasión, porque si el trabajo es algo agradable y deja de ser algo penoso la calidad de vida aumenta y la productividad también. Chaudhry, fundador de SecurelT, Cipher Trust, Zscaler, ingeniero con máster en campos como Informática, Electrónica o Marketing, dice que frente a la vieja disputa entre vivir para trabajar o trabajar para vivir, lo ideal sería «trabajar viviendo», es decir, de un modo que proporcione satisfacción no sólo económica, sino personal, lo cual no es nada fácil.
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Otra opción es vivir a costa de los demás y encima sentirse muy solidario. Eso ya roza la cuadratura del círculo, pero las ruedas cuadradas no ruedan bien.
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