La negociación del Gobierno de coalición de la izquierda (PSOE e IU-Convocatoria por Asturias) y la diputada Tomé, sobre la reforma fiscal, llegó a ... buen puerto. Hubo acuerdo. El resultado final ya lo sabíamos, en estas líneas lo habíamos escrito varias veces, lo que quedaba por conocer eran las concesiones a la exdirigente de Podemos. La principal exigencia era el aumento del tipo fiscal para las rentas superiores a los 120.000 euros. La propuesta incomodaba al Gobierno porque ya había presentado la tabla del IRPF, con sus tramos y tipos fiscales, y la enmienda de Tomé suponía rehacer el cuadro. No hará falta. El Gobierno no cedió y no se retocarán los tipos fiscales.
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Tomé había presentado otras dos enmiendas muy específicas relacionadas con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actor Jurídicos Documentados, al pedir que los propietarios de diez o más viviendas vean gravado con un 20% la compra de un nuevo inmueble. En las zonas declaradas como tensionadas, la penalización se ampliaría a los dueños de cinco o más inmuebles que adquieran otro. En el proyecto de reforma fiscal, el Gobierno ya contemplaba un gravamen del 15% para esos propietarios (en la jerga política, 'grandes tenedores') y no tuvo ningún inconveniente en aceptar elevar la penalización al 20%. Tomé incluyó en el gravamen del 20% a los que compren un edificio para utilizarlo como vivienda turística. Hubo consenso.
Las enmiendas aceptadas (tratamiento específico a grandes tenedores cuando amplíen su patrimonio con una nueva adquisición inmobiliaria) no aportan nada a la recaudación fiscal. En el proyecto de reforma enviado por el Ejecutivo a la Junta General del Principado se preveía que el gravamen del 15% a los grandes tenedores aportaría medio millón de euros. Elevarlo al 20% puede significar otros 150.000 euros (o un poco más) al erario público. Repito: nada. Las enmiendas de Tomé tienen solo una finalidad ideológica, o electoral, para transmitir el mensaje de que desde su escaño no se dará tregua a los acaudalados. Entiendo que cultive ese registro, pero si vamos a lo definitorio de los impuestos, que es la recaudación, nos encontramos con que la reforma fiscal, tras sus enmiendas, sigue siendo algo tan insustancial como antes. Una ocasión perdida.
El consenso sobre la reforma abre la puerta al acuerdo sobre los presupuestos del Principado, que ya anunciamos desde aquí que se va a producir. Se venderá como un triunfo de la unidad de la izquierda. Ya saben: el Gobierno más Tomé.
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