Miles de sueños

Eso es lo que yo les deseo. Miles de sueños porque estamos hambrientos de ellos. Sobre todo los más jóvenes. Sueñen e intenten cumplir los deseos porque eso es lo que mueve el mundo

Tenemos nuevas palabras en el diccionario. Algunas son bonitas, me gustan. Otras, en cambio, son horribles, pero, bueno, deben estar porque forman parte de nuestro ... avanzar y crecer. Cuando se acerca fin de año, siempre se incluyen nuevas voces o acepciones. Esto último es lo que ha ocurrido con bizarro, que ahora también significa «raro, extravagante o fuera de lo común». En estos días, además, se escoge la palabra del año y, por supuesto, se hace balance.

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De lo bueno y malo, como en la canción de Mecano. ¿Les gusta Mecano? A mí sí, incluidos sus 'ripios'. «Y en el reloj de antaño/ Como de año en año». Y me gusta esta canción. La de fin de año que no se llama así, sino 'Un año más'. Me hace sentir que, de verdad, en este país nuestro, tan dado a la beligerancia, sobre todo últimamente, hacemos algo a la vez. Juntos que, creo, falta nos hace. El juntos.

Y es que, ¿se han fijado que cada vez somos más gruñones? Esta debería haber sido la palabra del año. Gruñones. Nos pasamos el día refunfuñando y enfadados que, la verdad, tampoco me extraña porque el mal humor es contagioso. Muy contagioso. También lo son las salidas de tono y la pérdida de formas. Y como cada vez tenemos más ejemplos al respecto, más fácil es que esto se pegue.

Desde hace unos años, aunque en los últimos meses se ha incrementado, está muy de moda el uso de tacos para enfatizar los mensajes. Primero solo lo utilizaban los alternativos o los que iban de alternativos -los modernillos, vamos-, con independencia de la profesión, pero pronto conquistó el resto de ámbitos y sectores como -hombre, no podía faltar-, el político, que cada día que pasa me produce más hartazgo. ¿Ustedes no están cansados de que con esto de la pandemia nuestros amados líderes no hagan nada? Es decir, no hagan algo. Lo que sea, pero algo. Y que no sea pelearse, por favor, que parecen unos simples.

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Y en este año, en política pero también en nuestro día a día, hemos dejado de ver la vida en grises para verla solo en blanco y negro. Así, todo es motivo de bronca y ataque. Una polarización peligrosa que nos está convirtiendo a todos en meros lelos seguidores y palmeros (no me gusta nada esta palabra, ni un poco, pero es la adecuada). Ya no pensamos por nosotros mismos. Bueno, algunos, para ser sinceros, ni piensan. Solo aplauden o abuchean en función de lo que les digan que deben hacer. Últimamente, me acuerdo mucho de los perros de Pávlov.

Hoy no se acaba el año, lo sé. Todavía queda una semana. Qué largo se está haciendo 2021. Eterno. Por lo menos para mí. Claro que nada nos garantiza que el próximo no sea un asco. Habrá que tener fe. Fe en lo que cada uno crea. Hoy es un día más casero, me gusta llamarlo, más de hogar. Y miren, si están esperando que ahora les ponga aquí algo sobre el virus, las reuniones, las medidas de seguridad… pueden dejar de leer porque no lo voy a hacer. Ya se lo saben todo perfectamente. Y también saben cuándo hacen las cosas bien o las hacen mal. Como sabemos que la vida está llena de grises y que es esa variedad la que la convierte en algo maravilloso.

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Y como es el día que es, corresponde terminar con una felicitación, pero no voy a desearles lo clásico. De eso ya tendrán mucho. Yo les deseo sueños. Miles de sueños porque estamos hambrientos de ellos. Sobre todo los más jóvenes. Y por eso les deseo unas fiestas llenas de ellos. Sueñen porque eso, tener sueños e intentar cumplirlos, es lo que en definitiva mueve este mundo en el que vivimos durante solo un ratito.

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