La vida da muchas, muchísimas vueltas, y cosas que en un momento dado teníamos por firmes e indiscutibles, con el paso de los años se ... convierten en poco menos que cuentos de viejas que solo sirven para meter miedo a los niños y esto ocurre en muchos, muchísimos campos.
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De niños nos contaban aquella religión del catecismo del padre Ripalda y años después, algunos maduraron a una fe más racional y otros simplemente se alejaron de toda fe.
En los dominios de las ideas políticas, en este país se pasó de un franquismo sin discusión, unos por convencimiento y otros por miedo, a un antifranquismo generalizado y racional y ahora parece que se está volviendo a un franquismo de color rosa, que jamás existió, pero con el que sueñan algunos.
vida, quizás también la historia, es un tejer y destejer continuo y todos, bueno, muchos, o al menos yo, peleamos en una guerra interminable intentando llegar a un punto seguro al que aferrarnos. Pero no es una tarea sencilla porque, continuamente surgen situaciones, ideas, que no coinciden con nuestra particular y arraigada visión.
Algunas veces la solución llega con un simple cambio de parecer, pero otras, surge la convicción de mantenernos en nuestra vieja creencia en contra de toda lógica, por el miedo de considerarnos a nosotros mismos con aquello tan malsonante del chaqueteo. Porque nada peor que ser un chaquetero. Aunque, ahora me doy cuenta de que esa es una expresión totalmente en desuso y que ya nadie emplea.
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Y en esas estamos, o mejor dicho, en esas estoy, que no sé si enterarme de una buena vez de cómo funcionan el móvil y el ordenador o seguir, erre que erre, en mi desconocimiento, en el que tan a gusto estoy… sin enterarme de nada.
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