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Decisiones

Me sucede a veces que tengo la idea de hacer una cosa y termino haciendo otra que no tiene nada que ver con lo pensado. ... Esto puede ocurrir porque surjan cosas imprevistas, porque lo que tenía intención de hacer o de elegir no es posible, porque cambié de opinión o porque sí. Digamos que estas últimas son las que más me llaman la atención, aquellas decisiones que pueden hacer que tu vida cambie y de las que tú no fuiste partícipe, al menos conscientemente. No sabes por qué, pero bajas a dar un paseo por la arena de la playa a una hora absurda y te encuentras con un amigo que hace veinte años que no ves; decides no salir esa tarde, pero olvidaste comprar algo para la comida del día siguiente y en el supermercado te fijas en una persona peculiar que hace que pienses en otra y eso te hace tomar una decisión importante que no habrías tomado; quiero apuntarme a un curso determinado de la Universidad Popular y como resulta imposible porque a los 30 segundos de salir, a las 8.30 y medio minuto, ya están ocupadas todas las plazas, y ya que había madrugado, me matriculo rápidamente en otro que aparentemente me gusta pero en el que no había pensado. Ahora mi vida irá por otros derroteros inimaginables que serán producto de mi intuición, del azar y de unos dedos madrugadores que quisieron ser útiles. Pues así es la vida tantas veces, y sin darnos cuenta.

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Pienso si el inconsciente será el único raciocinio posible. Es nuestra inteligencia artificial, la propia, que, ante determinados hechos, nos da un resultado automático, y siempre con criterio. En nosotros está todo lo vivido, lo aprendido, las buenas y las malas experiencias, los consejos y las decepciones, y con todo esto vamos. La inteligencia racional tiene miedo y eso la ralentiza, equivoca la decisión. Luego está el azar, que llamamos suerte y que es tan importante.

Ahora que el otoño ya ha comenzado y que nuestra vida va a ir en muchas ocasiones, al menos la mía, por donde quiera, resulta que estoy apuntada a un curso de baile del que no tenía ni idea de que ese era mi deseo y que me va a ocupar durante unos meses dos tardes a la semana; así que solo me queda esperar y estar segura de que lo que realmente me interesa es esto de bailar y no mi intención inicial de un curso relacionado con la tierra y los cultivos.

Casi mejor que la vida nos sorprenda.

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