Cuando más necesitamos mirar al futuro, la política se empeña en regresar al pasado. Los dichos y los hechos de los partidos pocas veces coinciden, ... pero la nueva normalidad política se parece tanto a la antigua que uno acaba por preguntarse dónde estuvieron otros durante un año de pandemia. El Gobierno ha desempolvado el guion que tenía escrito antes del confinamiento. Dispuesto Sánchez a indultar a los líderes de un procés que el separatismo catalán mantiene vivo colándose por las rendijas de la brecha constitucional. Fiando su Ejecutivo a las alianzas. Hay quien teme que dispuesto a facilitar un remedo de votación para contentar a un secesionismo insaciable. Una hoja de ruta que algunos en su propio partido, los que ya no tienen nada que perder, han aprovechado para ajustar cuentas pendientes. Que preocupa incluso a los que probaron su lealtad soldados al líder socialista cuando el PSOE se partió por la mitad. Pero en los partidos, la duda es más sospechosa que la ignorancia. El director del gabinete presidencial situó en el Congreso el listón de la lealtad. «Un asesor se tira al barranco por su presidente».
Con ese nivel de exigencia, es improbable que en las filas socialistas se desarrolle nada que se parezca a un debate sereno. Menos aún cuando la respuesta de la oposición ha sido resucitar el bloque de Colón, una reedición de la manifestación que en 2019 precipitó la convocatoria de elecciones. El 13 de junio, a la llamada de una plataforma impulsada por la incombustible Rosa Díez, los líderes del PP, Vox y Ciudadanos regresarán a la plaza madrileña como un frente unido que proclama la defensa de la Constitución y la democracia.
Puede que aún no tengamos muy claro hacia dónde, pero casi todo en el mundo se mueve, menos nuestros políticos. Como si el único tiempo importante no fuera el que han perdido, sino el que falta para las próximas elecciones. La nueva política se ha hecho vieja sin ofrecer mejores soluciones que la anterior. Pero con un frentismo que apenas deja espacio para encontrarlas y una simpleza como para acomplejarse.
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