Hay que acabar con esto

Las cifras producen escalofríos: en nuestro país se denuncian cada día 14 violaciones y 55 agresiones sexuales, según datos del Ministerio del Interior. Y las denuncias son solo la punta del iceberg (representan el 11% de la violencia sexual): bajo ese manto siniestro se oculta una realidad insoportable y trágica para millones de mujeres.

Lo sabemos bien. Porque somos nosotras las que lo padecemos: las agresiones sexuales, la violencia en todas sus manifestaciones, a veces extremas. Porque también nos matan: 1.285 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en nuestro país desde que hay registros, en 2003; cuarenta en 2024.

Y no es tan fácil escapar del maltratador, del asesino. No siempre las instituciones nos transmiten la seguridad y confianza necesarias. Se estima que solo un 21,7% de las mujeres que sufren alguna forma de violencia por parte de sus parejas lo denuncia, y más de la mitad de las que denunciaron declaran que la policía mostró escaso interés e hizo poco por resolver el caso, según datos recogidos por Amnistía Internacional de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019.

Como sindicalistas sabemos que los centros de trabajo no son espacios ajenos a las violencias machistas. El 28,4% de las mujeres ha sufrido acoso sexual en el trabajo. Y todas las empresas y Administraciones Públicas tienen la obligación legal de contar con protocolos frente al acoso sexual y por razón de sexo. Por eso reivindicamos espacios de trabajo seguros y libres de violencias.

En este 25-N también reclamamos un mayor compromiso de las instituciones y los poderes públicos en la erradicación de las violencias machistas; la evaluación y refuerzo del Pacto de Estado contra la Violencia de Género; planes de inserción para mujeres víctimas.

Desde hace dos años CCOO cuenta con una herramienta sindical pionera para avanzar hacia la igualdad real y poner fin a las violencias machistas en el ámbito laboral: el Observatorio de acoso sexual y por razón de sexo, en el que se ofrece información y ayuda. Falta hace cuando el 40,4% de las mujeres que trabajan han sufrido acoso sexual alguna vez. Y hay que acabar con ello.