Absuelven al procesado por intentar llevarse una pieza del Arqueológico
El Juzgado de lo Penal número 4 no considera probado que tuviera la intención de robar un proyectil esférico del siglo XIV
IDOYA REY
Sábado, 16 de julio 2016, 02:13
No existen pruebas que acrediten que el procesado que el pasado 19 de julio agarró un bolaño de Museo Arqueológico y lo escondió en la escalera del equipamiento tuviera intención de llevarse la pieza del siglo XIV. Es la conclusión a la que ha llegado el Juzgado de lo Penal número 4 que ya ha emitido una sentencia absolutoria para el hombre.
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Según informaron fuentes del caso, el tribunal ha fallado la absolución con independencia de que la dirección del museo pueda iniciar un proceso civil de reclamación económica por los daños que sufrió la pieza, un proyectil pétreo, esférico y de considerable tamaño. El bolaño tiene un valor que ronda los 2.000 euros y en una primera estimación el personal del museo calcula que la reparación podría ascender a unos 500 euros.
El juicio, cuya sentencia se conoce ahora, se celebró la pasada semana sin la presencia del acusado. El hombre no se presentó, aunque al enfrentarse a una pena inferior a dos años de prisión, la vista oral se celebró igualmente. El Ministerio Fiscal, tras escuchar los testimonios del personal del museo que se percató del traslado de la pieza y retuvo al hombre hasta la llegada de la Policía Local para su detención, mantuvo su petición. Reclamaba nueve meses de prisión y el pago de una indemnización para el museo por el coste de reparación de la pieza. Por su contra, la defensa pidió la libre absolución.
Argumentó que la conducta de su cliente podría ser calificada como «incívica», pero no como un hurto, «porque no hay prueba que acredite que fue premeditado». Es más, aseguró que había sido «una ocurrencia» fruto de los excesos nocturnos. El procesado, aclaró, había estado toda la noche del sábado de fiesta y había tomado bebidas alcohólicas y «también fumado alguna sustancia». Sobre las diez de la mañana, tras esa noche de desenfreno, pasaba por las puertas del Museo Arqueológico, en la calle San Antonio, justo en el momento en que el equipamiento cultural abría. Decidió entrar.
Su actitud en el interior levantó sospechas entre el personal. Primero se dirigió al ascensor para luego subir a pie. El vigilante del centro le siguió la pista y vio por la cámara de vigilancia como tomaba la pieza de grandes dimensiones. Luego fue hasta la escalera y abandonó el bolaño en el rellano de la primera planta. Los empleados dicen que lo dejó porque estaban esperándolo, pero la magistrada no considera probada la intencionalidad.
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