Un bollo casero «para dar ejemplo»

De hecho, el grupo más numeroso fue el que formó el equipo de gobierno que aguardaba al alcalde, Alfredo Canteli. El regidor, tras acudir a la misa mayor en la Catedral, pasó por su casa para cambiarse de ropa antes de ir a recoger el bollo. Llevaba «una mojadura», saludó a los presentes. Después, el equipo de gobierno y la SOF compartieron bollo bajo los soportales de la plaza.

«Nos hubiera gustado mucho que la gente disfrutase comiendo el bollo en el Campo, con los grupos tocando, pero se estropeó todo», reconoció Canteli quien, sin embargo, hizo un balance «muy bueno» de San Mateo. «Con todas las limitaciones que había hemos logrado hacer unas fiestas dignas». «Al final es lo que buscas, que la gente lo pase bien», agregó apelando a la responsabilidad de los vecinos.

Porque «estamos en tiempos muy difíciles, el comportamiento de los ovetenses ha sido extraordinario y esperamos que se mantenga para sacar adelante esta situación tan complicada», solicitó.

A su lado, el primer teniente de alcalde, Nacho Cuesta, corroboró que «son unas fiestas distintas pero estamos dando ejemplo», y corroboró la intervención del alcalde felicitándose por «haber apostado por la cultura segura» en los conciertos de San Mateo. «Ayer nos lo decían los promotores, ninguna ciudad ha apostado como Oviedo con una programación así».

Una programación que, sin embargo, para el portavoz del principal partido de la oposición, que acudió a recoger su bollo, Wenceslao López, cojea al no haber actividades en los barrios. «El esfuerzo había que hacerlo, es importante, pero siempre dijimos que las fiestas en este año tan complicado también se tenían que hacer notar en los barrios», criticó el edil del PSOE.

En el día de ayer no hubo colas para recoger el bollo. Se repartieron dos mil. Todo estaba cronometrado para evitar aglomeraciones. El presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos, Alfonso Camba, se mostró «muy orgulloso» por cómo transcurría la jornada: «Los socios están cumpliendo con las indicaciones, viniendo a por el bollo de forma escalonada», comentó mientras el Campo de San Francisco permanecía sin festejantes. El paseo del Bombé estaba vacío pasadas las dos de la tarde, hora en la que otros años se llenaba de ovetenses disfrutando de las viandas.

Al matrimonio formado por Luchy Menéndez y Pepa Sánchez, no le importó el aguacero que cayó sobre la ciudad al mediodía y cumplió con la tradición, eso sí vestidos con las camisetas del Real Oviedo, de recoger el bollo. Esta vez, «lo degustaremos en un bar», dijeron. Fernando Arias, por su parte, se presentó desde Lugones acompañado por sus cuatro hijos, aprovechando las últimas horas antes de la «vuelta al colegio». Era una doble jornada para ellos, ya que uno de los pequeños se llama Mateo.

Ángeles Piniella y Ramón Vega que en días lluviosos llegaron a comer el bollo bajo «un castaño» en el Campo, optó ayer por tomarlo en casa, al igual que hicieron Juani Suárez y José Antonio Martínez junto a sus nietos pequeños.